Componentes electrónicos como el litio, níquel, manganeso o el cobalto, son fácilmente recuperables, por ejemplo de baterías de coches eléctricos u otros dispositivos. Hoy algunas compañías logran recuperar y reciclar hasta el 99% de los materiales de estos elementos fuera ya de uso.
Un claro ejemplo es el notebook de Acer; “Acer Aspire Vero: un notebook ecológico por dentro y por fuera.” Además de las novedades de la nueva tecnología o sistema que posea el nuevo modelo de un ordenador o similares, ahora la novedad viene de su origen. El respeto por el Medio Ambiente y la sostenibilidad de nuestro planeta, parece que toman protagonismo, ahora luchando por reutilizar la basura electrónica.
Cada año producimos unos 50 millones de toneladas de cables, teléfonos móviles, ordenadores, tablets, mandos a distancia, etc.
El problema de la basura electrónica crece y se incrementa a ojos vista. Todos los años miles de toneladas de piezas y elementos electrónicos se quedan obsoletos o se desechan de la industria por diversos motivos, y ¿qué hacemos con ellos?
Precisamente, una laguna de mercado que ya se está cubriendo. Los residuos electrónicos y la llamada ‘basura tecnológica’ como las pilas, son hoy un nuevo negocio, y además, en auge. Los componentes que se recuperan en este reciclaje, sirven por ejemplo para futuras placas solares, para vehículos eléctricos,…
Conforme el número de coches eléctricos o enchufables va creciendo, también sus residuos, y por tanto, el negocio emergente de su recuperación en favor de la economía circular. El nuevo sector surgido de este reciclaje electrónico, ya movió en 2019 hasta 1.100 millones de euros, lo que ya suponía un 16% más que en 2018. Su repercusión en empleos roza las 20.000 personas, y en impuestos a la arcas del Estado unos 170 millones de euros.
