Iba a alunizar el próximo 23 de febrero, pero la misión no ha llegado a término. Hubiera sido un nuevo hito en la historia espacial tras 55 años desde que se llegara a la Luna por primera vez, sin embargo, en esta ocasión no ha podido ser.
‘Peregrino 1’ es el nombre de la misión que despegó desde los Estados Unidos con destino a la Luna, pero pronto perdió el control de la nave y tuvieron que abortar los planes. Tan solo unas horas después de lanzar el cohete, la NASA ha tenido que asumir graves problemas técnicos en los paneles solares.
¿Qué ha pasado con el propelente de ‘Peregrino 1’?
La compañía Astrobotic ha ido informando de las decisiones que iba tomando conforme los acontecimientos iban obligando a tomar nuevos rumbos y alterar los planes iniciales para llegar a la Luna.
La falta de estabilidad en la orientación de los paneles solares precisamente hacia el Sol, ha sido determinante ya que, aunque los responsables realizaron una maniobra de urgencia para reorientar los paneles y conseguir la energía solar esperada, al poco de esta improvisación exitosa, la nave perdió las comunicaciones.
La acumulación de energía y el propelente facilitador de la propulsión de la nave han sido claves, ya que comenzaron con problemas al poco del despegue, y tras solucionar el contratiempo de la orientación de los paneles, sólo se logró activar el sistema de almacenamiento energético para el envío de datos a la Tierra.
La pérdida de propelente ha sido determinante para la misión, porque sin la energía suficiente había dudas de llegar hasta nuestro satélite y tampoco se podría haber realizado la maniobra necesaria de frenado para el alunizaje suave que requería el objetivo.
Cuando la energía solar no ha sido la esperada y suficiente, las baterías y sistemas de almacenamiento no han resultado tener niveles más bajos de lo esperado, y de ahí las decisiones adoptadas por los responsables de la misión espacial.
