Varios investigadores españoles del CSIC han salvaguardado 42 semillas de distintas plantas autóctonas de nuestro país, sobre todo hortalizas, al Banco Mundial de Semillas. Un espacio ‘bajotierra’ en el que se conservan especies de todo el planeta para salvarlas en caso de un gran desastre.
Se trata de una especie de búnker bajo el hielo del Polo Norte en una isla en Noruega, es el conocido Banco de Svalbard y se encarga de guardar a unos menos 18 grados centígrados, una representación de nuestra biodiversidad, y así, lograr protegerla y salvarla si ocurriese alguna catástrofe.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se encarga de seleccionar las semillas y de prepararlas para enviarlas a esta reserva internacional. España lleva aportando material de este tipo desde el año 2022. Hasta allí se han trasladado casi la mitad de las semillas que se guardan en nuestro país en el Centro de Recursos Fitogenéticos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria de Alcalá de Henares (Madrid).
Esta última remesa de semillas trasladadas a Noruega son un total de 42 especies:
- 33 variedades de tomate
- 23 tipos de judías
- Acelgas
- Espinacas
- Cardo
- Cebolla
- Pimiento
- Lechuga
- Trigo
- Berzas
- Borraja
Una selección que contiene variedades autóctonas de verduras y un amplio elenco de hortalizas tan representativas como el tomate o la borraja. Y todas estas se suman a otras remesas anteriores entregadas desde España. Así, ya se acumulan allí casi cien tipos distintos de tomates españoles o más de 200 de judías.
Más de un millón de semillas
En sus más de mil metros cuadrados de extensión, el Banco Mundial de Semillas, conserva ya 1,2 millones de especies distintas, y sus responsables aseguran que tiene capacidad hasta unos 4,5 millones. Sus tres espacios están permanentemente bajo el suelo congelado del Polo Norte, por eso su refrigeración está asegurada y alberga la mayor colección de agrobiodiversidad de todo el planeta.
En teoría, estos almacenes son resistentes a terremotos, erupciones volcánicas o radiaciones solares, por lo que es el seguro del futuro de nuestra biodiversidad tal cual la conocemos y salvaguardaría la continuidad de todas esas especies vegetales.