En este momento estás viendo ¿Por qué se ha negociado durante diez años el nuevo tratado por los océanos?

¿Por qué se ha negociado durante diez años el nuevo tratado por los océanos?

¿Por qué ha negociado durante diez años el nuevo tratado por los océanos?

Proteger la biodiversidad de nuestros mares y océanos no ha sido tarea fácil, y uno de los grandes escollos han sido los recursos genéticos del mar o la explotación minera en el lecho marino a 200 metros de profundidad de donde se extraen minerales. La explotación de la pesca o las rutas de la navegación y el tráfico marítimo también han sido motivo de negociación durante años. Es más, para firmar el histórico texto en la sede de la ONU, tardaron más de día y medio.
Este nuevo tratado regulará, por fin, el 60% de los océanos que están actualmente fuera de las jurisdicciones nacionales, más o menos la mitad del globo terráqueo.
Desde 1982, es decir, hace cuatro décadas, llevaba vigente el último acuerdo internacional sobre los océanos y su protección. Entonces se llamó ‘Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar’.
La sobreexplotación y sobrepesca, las alteraciones biológicas provocadas por el cambio climático y el calentamiento global del planeta o el tráfico marítimo son las principales amenazas de nuestros mares y océanos y que provocan que cerca de un 10% de las especies marinas estén en peligro de extinción.

Para proteger la flora y la fauna de nuestras aguas, por fin, se ha alcanzado un acuerdo internacional e histórico tras una década negociando sus términos. El ‘Tratado de Alta Mar’ contempla que un tercio de los océanos esté protegido con el objetivo de recuperar y frenar el deterioro de sus especies.
El nuevo acuerdo se ha cerrado en la sede de la ONU, las Naciones Unidas, y ha puesto fin a largas conversaciones para negociar especialmente términos y condiciones sobre los derechos de pesca o la financiación.

Así, se regulan y reflejan los límites y objetivos de la explotación de pesca, las rutas de navegación o la minería en aguas profundas en lechos marinos a 200 metros de profundidad entre otras actividades marítimas.
La ambigüedad ha sido uno de los grandes enemigos de este nuevo tratado histórico, porque no terminaba de determinar y acotar algunas medidas, mientras otros países veían necesarios ciertos límites.
El ‘Tratado BBNJ’ o ‘Biodiversity Beyond National Jurisdiction’ llega tras años de tiras y aflojas, de nuevos peligros medioambientales e incluso perspectivas actualizadas con el paso de los años. La nueva ‘Constitución de los mares’ como le han llamado, llega con tanta necesidad de ella como vaguedad en su contenido.