Liso y trama, moderno y antiguo, blanco y negro, luz y claroscuro. Los contrastes aportan profundidad y mucho carácter a cualquier decoración. Marca tu propio estilo decorativo porque contrastar está de moda, ¡inspírate!
Crear contrastes con diferentes colores es fácil y su resultado muy llamativo, por ejemplo paredes con pintura en color atrevido como verde botella o azul, o con un papel pintado sobre estas paredes cualquier objeto o mueble destacará notablemente. Cuadros, apliques, espejos, en paredes especiales todo destaca de forma muy especial trasmitiendo un efecto visual con una gran profundidad y un estilo muy original.
Los colores pueden contrastar en prácticamente todos los elementos decorativos, desde los ornamentales a por ejemplo los textiles, como un sofá con tapicería en tonalidad suave en el que unos cojines llamativos en colores intensos o estampados sean el foco de atención.
En las cocinas, es tendencia que sus muebles se escojan en tonalidades antagonistas o que contrastes bastante, por ejemplo madera oscura con beige, o rojos con blanco, negro con cromado, entre otras miles de combinaciones.
De esta forma, los muebles en distintos colores provocan sensaciones de amplitud y diferentes fondos o profundidades que transforman por completo las cocinas o cualquier otro mueble como grandes estanterías o baños.
Los contrastes agrandan espacios, destacan rincones y aportan mucho carácter a tu hogar, y afortunadamente hay muchas soluciones con diferentes trucos. Ambientes luminosos y zonas oscuras, texturas diversas, objetos antiguos, retro o vintage con modernos o futuristas, gamas de colores muy antagonistas, lisos y estampados,… ¿cómo prefieres resaltar las diferencias?
Hay que cuidar las combinaciones, porque no todo vale ni resulta armonioso. Contrastar no es juntar de todo sin sentido lógico. Al contrario, los juegos de contrastes tienen mucho sentido y están perfectamente estudiados para lograr los efectos deseados y no acabar en un caos de mezclas sin orden.
El blanco y el negro o la luz completa y la ausencia total de ella, son dos antagonistas que suelen complementarse de forma muy armónica. Aportan estabilidad, tranquilidad, elegancia y equilibrio.
Otra combinación de éxito son los materiales vanguardistas como cristal y acero con piezas tradicionales como madera o leña y fibras naturales como cuerda o corcho. A priori parecen propios de estilos decorativos muy diferentes, sin embargo pueden fusionarse en un mismo ambiente con la dosis justa de cada uno.
En un espacio amplio como una vivienda de concepto abierto con una planta baja diáfana podemos crear diversos ambientes gracias, entre otras herramientas, a la luz. Una zona de relax y descanso con una lámpara decorativa y una butaca que queda en claroscuro… Frente a una mesa alta y amplia para cenar o disfrutar de juegos de mesa que tiene una gran ventana y una gran lámpara de techo luminosa y generosa. Estos dos espacios pueden estar cerca, pero sus juegos de luces y sombras les distinguirá perfectamente, creando no solo la comodidad para cada espacio acorde con sus necesidades y utilidad, sino además aportando a la estancia una gran profundidad y amplitud incluso mayor de la real.
Los contrastes decorativos provocan un gran efecto visual a todo el conjunto de una estancia, pero también si los provocamos en una habitación o incluso una única pared. Por ejemplo en un pequeño aseo podemos buscar dos elementos muy contrastados como piezas en chapa metálica plateada y elementos en un color llamativo plano y lacado. Las diferencias son evidentes entre lo industrial plano sin matices con tonalidad estridente y la textura irregular de una chapa metálica retro.