Somos lo que comemos, pero no siempre sabemos lo que comemos. La diferencia no es baladí porque muchos alimentos esconden contenidos disparados en azúcares u otras sustancias que no son recomendables en general y que aparecen en demasiados productos por lo que al final del día hemos ingerido de manera abusiva sin saberlo. Sobre todo hablamos de azúcares, pero no es el único caso.
Este polémico semáforo, también llamado etiquetado frontal, y que ya está presente en varios países europeos, tiene muchos partidarios pero también opiniones enfrentadas de muchos detractores. La clave es que nos marca el valor nutricional. Se trata de una nueva herramienta, que como un semáforo, cataloga los alimentos y productos más y menos saludables.
Para evitar ese desconocimiento de lo que comemos cuando comemos cualquier producto empaquetado, nace el semáforo de los alimentos; Nutri-Score. Un sistema que evalúa por colores más o menos recomendables y/o saludables.
A – VERDE (El más saludable)
B - VERDE CLARO (Saludable)
C- AMARILLO
D- NARANJA (Ni bueno ni malo)
E- ROJO (El menos saludable)
Hasta hace poco, a la mayoría, cuando nos hablaban de bebidas azucaradas y que los alimentos cotidianos tenían unos elevadísimos índices de azúcares, muchos se escudaban en la desinformación para seguir consumiendo tomate frito de brick o yogures como alimento ‘medio sano’ cuando estamos ante productos muy poco recomendables.
También existe una tremenda confusión entre los alimentos más o menos calóricos y los más o menos sanos. Las opiniones están a veces equivocadas porque simplemente para muchos las dietas más conocidas son aquellas de adelgazamiento, pero lo sano nutricionalmente no tiene por qué ser un problema y sin embargo sí tenerlo prohibido en una dieta baja en calorías, por ejemplo un aguacate. El aguacate es muy sano, nutricionalmente muy recomendable en una dieta equilibrada, pero no lo encontrarás en una dieta para adelgazar.
Tras el nacimiento de esta escala de colores o semáforo nutricional podemos de un vistazo, cualquier ciudadano sin conocimientos nutricionales ni formación relacionada, saber fácilmente si el producto que tenemos entre las manos es saludable o poco recomendable desde el punto de vista de un nutricionista.
