Un equipo de investigadores encuentra la fórmula para que los ladrillos almacenen energía y puedan utilizarse en un futuro como auténticas centrales eléctricas.
El ladrillo cocido, que se utiliza normalmente para la construcción y la estética arquitectónica, es uno de los materiales más duraderos con una historia de 5000 años que se remonta al Neolítico de China.
Ahora, gracias a un equipo de investigadores de la Universidad de Washington, los ladrillos podrán almacenar energía y utilizarse en un futuro como auténticas centrales eléctricas.
Para ello, se rellenan los poros de los ladrillos rojos con unas nanofibras de un plástico conductor llamado PEDOT para que pueda almacenar una determinada carga como si se tratara de una batería.
Un posible problema de esta innovadora tecnología es que las reacciones que se utilizan para crear los ladrillos de energía pueden tener un ligero efecto debilitador en las propiedades estructurales. No obstante, en la actualidad los ladrillos se usan más como fachadas decorativas y no como muros de carga.
Fuente: National Geographic, El Confidencial