La exposición prolongada en nuestros adolescentes al aire contaminado por el ozono, podría ser una de las causas detrás de las depresiones. Es la conclusión de un reciente estudio que relaciona los niveles de contaminación con el desarrollo de síntomas depresivos en adolescentes.
Un componente contaminante de nuestro aire podría tener vinculación con la depresión de los más jóvenes, y ese riesgo social es muy importante en un momento tan trascendental de la vida como es la adolescencia. Su madurez depende en gran medida de su salud mental en esta época de la vida.
Según un estudio de APA, la asociación estadounidense de psicología, los síntomas asociados y vinculados con la depresión, se incrementan exponencialmente tras la exposición prolongada al ozono. Un agente contaminante que en la actualidad ha incrementado su presencia en el aire entre un 30 y un 70% más que hace un siglo. ¿Por qué? Sencillamente porque se han incrementado notablemente las emisiones contaminantes de efecto invernadero desde hace cien años a hoy.
Tristeza y desesperanza son algunos de los primeros síntomas en los jóvenes, que sin saber muy bien por qué, comienzan a notar un estado anímico muy distinto poco a poco. Las enfermedades mentales como la depresión o la anorexia son especialmente complicadas, si además sumamos el factor de la edad más rebelde como es la adolescencia, el cóctel puede ser muy explosivo a nivel psicológico.
La importancia de la contaminación en nuestra salud va, como podemos comprobar, mucho más allá de las enfermedades respiratorias. Patologías que se agravan notablemente por los altos niveles de contaminación en nuestras ciudades especialmente, y que, en consecuencia causan muchas muertes cada año. Ahora, estudios como éste demuestran que nuestra salud también se ve deteriorada por la contaminación en otros frentes y órganos.
Los jóvenes suelen ser las personas que más tiempo pasan al aire libre, y que más ocio disfrutan, y por este motivo muchos científicos han justificado por qué este colectivo es que se ve más afectado por esta nueva consecuencia conocida de la contaminación y los niveles tóxicos de nuestro aire.
