Por cada trabajador de la construcción se generan otros tres empleos indirectos. Sin embargo, están saltando alertas en todo el sector ante la escasez de mano de obra cualificada. Faltan peones, carpinteros o electricistas que retrasan viviendas de obra nueva y rehabilitaciones de los Next Generation.
Albañiles, electricistas, carpinteros o fontaneros están en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura en nuestro país, por eso el gobierno incluso anima y facilita la búsqueda de mano de obra cualificada fuera de España para paliar este desequilibrio que está sufriendo el sector.
La construcción es un motor económico fundamental y tradicional en nuestra economía nacional, ya que por cada empleo directo se generan otros tres indirectos, por ejemplo en la venta de electrodomésticos, muebles, etc. Así, las cifras de la construcción de viviendas de obra nueva son muy trascendentes para la economía de todo el país.
Según la Confederación Nacional de la Construcción, la CNC, hace un año en España faltaban unos 700.000 trabajadores de la construcción ante una demanda que la pandemia incluso incrementó. Además, los planes derivados de los fondos europeos también prevén el inicio de más obras.
Una demanda y unos planes de nuevas obras de construcción que llegan a un sector con un déficit de trabajadores importante en cuanto a los perfiles más especializados, desde peones, capataces, carpinteros, escayolistas, herreros, electricistas, fontaneros, pintores o instaladores. Oficios para los que no hay ni cantera ni presente.
La capacidad de las empresas para hacerse cargo de más proyectos se pone a prueba ante esta notable falta de mano de obra, y está condicionando movimientos y decisiones empresariales de gran envergadura.
Todo en un contexto en el que los precios de la vivienda de nueva construcción suman un motivo más para encarecerse, y eso ayuda a que muchas familias y propietarios prolonguen sus contratos de alquiler por un tiempo más, o se vean obligados a continuar con ellos. En consecuencia es el mercado del alquiler el que se encarece más y se dispara frente a la compra de vivienda.
Pese al desempleo estructural que España sufre históricamente, en las escuelas de oficios estos perfiles no tienen aprendices. Hay quien culpa a los sueldos de la merma de candidatos y empleados, sin embargo los datos no distan mucho de los de hace solo unos años cuando los profesionales para nada escaseaban como ahora.
Otra derivada de esta situación es que los proyectos de rehabilitación de viviendas y edificios que contemplan los fondos europeos Next Generation, también están sufriendo esta falta de trabajadores en la construcción y muchos están paralizados o con importantes retrasos.
Según las estadísticas presentadas por la Asociación Nacional de Empresas de Reformas y Rehabilitación (ANER), a día de hoy faltan casi 7.500 especialistas de la construcción para ejecutar los proyectos. La eficiencia energética se frena por la falta de manos cualificadas para llevar a cabo esas obras de rehabilitación.