La relajación de la financiación con el descenso de los tipos de interés ha fomentado (aún más) el interés por adquirir una vivienda en España. En consecuencia, el mercado inmobiliario vive un momento de enorme dinamismo y precios al alza.
Segunda bajada de tipos de interés por el Banco Central Europeo, que se traduce en un euríbor al 3,5% y unas hipotecas más baratas para quienes vayan a firmar una o tenga una de tipo variable en vigor. Particularmente se han recortado 0,25 puntos tras la rebaja realizada en junio, y nos encontramos en el nivel más bajo desde el mes de marzo de 2023.
Un alivio para los préstamos y las familias hipotecadas o que se plantean hacerlo, por lo que aquellos que estaban pendientes han visto una oportunidad clara y más ventajosa tras esta rebaja del precio del dinero.
Con esta foto fija del sector tras el recorte de los tipos de interés, muchos potenciales compradores que esperaban el momento idóneo, lo han encontrado, y la demanda de vivienda se ha disparado aún más.
La demanda de vivienda toca techo una vez más en los últimos años, y el contexto no varía mucho pese a cambiar algunos ingredientes del plato combinado. El desajuste es muy pronunciado entre la oferta y la demanda, por lo que las mejoras financieras sólo hacen que empeorar y agudizar este entorno.
La inflación se disparó y se subieron los tipos para contener el consumo, sin embargo, la vivienda continuó fuerte con una demanda estable que apenas descendió. Ahora, que las tornas se cambian, al sector le encuentra con un cuello de botella con una demanda estancada y una escasez de oferta de inmuebles más destacada de nunca.
¿Cómo reaccionará un sector sin oferta a un nuevo incremento de la demanda?
Esta nueva situación sobre la mejora de las condiciones de financiación, se suma a un momento complicado en el sector inmobiliario, que se encuentra atascado y colapsado en muchos frentes. Se ha confirmado, por ejemplo, que más del 40% de las personas que viven en régimen de alquiler, no pueden acceder a un a vivienda en propiedad.
Un porcentaje que sube sobre el año pasado 5%, y muestra la realidad de la mayoría de los inquilinos que siguen alquilando por descarte, no porque lo prefieran. Un 16% de los titulares de contratos en alquiler afirma que está esperando que los precios bajen y un 15% esperan una bajada de los tipos de interés, el resto han elegido alquiler por otros motivos como su movilidad geográfica u otros motivos personales. Por lo tanto, en el mercado del alquiler se mantiene una alta demanda de compradores de vivienda latente, esperando su momento, pero con intención clara de adquirir una casa en propiedad.
Sin apenas oferta de nueva construcción, sin casi suelo y terrenos disponibles, el mercado se enfrenta a una situación inédita y de difícil salida. Todos los agentes deben poner de su parte, pero especialmente, la liberación de suelo urbanizable y el fomento de las nuevas promociones son clave para desencallar este escenario.