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Hasta tres meses de espera para azulejos, grifos e inodoros

Hasta tres meses de espera para azulejos, grifos y váteres

La construcción sufre retrasos de hasta 3 meses en algunos elementos como grifos o inodoros, las baldosas llegan unos 47 días después, y hasta 45 días para piezas de acero y hormigón, según la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). Las listas de espera crecen cada semana especialmente en elementos básicos que están retrasando incluso la entrega de viviendas de obra nueva.

El sector de la construcción suma ingredientes a la situación excepcional que lleva viviendo desde hace ya unos meses. La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) acaba de revelar una realidad que ya conocían en las obras de todo el país: que la lista de espera de algunos materiales básicos como sanitarios y azulejos supera ya los tres meses.

En Cádiz los empresarios de construcción reconocen que la falta de madera y cristales para los espejos que obligan a paralizar numerosas obras en toda la provincia. Hablan de una subida media de un 22% en los presupuestos que estaban cerrados y el consecuente desequilibrio económico para las empresas constructoras.

El Colegio oficial de aparejadores y arquitectos de Mallorca alerta de la subida en solo dos semanas de hasta un 20% en los materiales metálicos. Una situación tan cambiante que deja obsoletos y desfasados los presupuestos en apenas unos días.

Tras meses de falta de materiales y subidas de precios, de escasez de materias primas y de mano de obra, hoy la construcción tiene una clara consecuencia: obras paradas por todo el país. La patronal nacional de la construcción, la CNC, considera que “la escasez y el encarecimiento de los materiales más habituales en las obras, tiene en jaque a todo el sector” y es una clara amenaza para llevar a cabo un elevado porcentaje de los fondos europeos del programa ‘Next Generation’.

Hasta tres meses de espera para azulejos, grifos y váteres

Nadie del sector de la construcción recuerda haber vivido una situación similar antes. Los costes de producción nunca antes habían estado tan disparados. Precisamente por esta situación tan excepcional, muchos empresarios huyen de los contratos de obra pública y, por primera vez en años, no optan a los concursos públicos por los sobrecostes actuales que desestabilizan los presupuestos y, por supuesto, crean pérdidas en muchos casos.

Motivos suficientes para los colectivos profesionales de la construcción estén solicitando a las administraciones que se tomen “medidas excepcionales para hacer frente a la desviación de los costes por causas ajenas a las constructoras”, al igual que ya se están planteando en otros países europeos donde sufren el mismo problema de desabastecimiento, costes y retrasos.

Los transportes son más caros y más escasos, y la energía es la más cara de la historia contemporánea, por lo que todo es sumar gastos al sector de la construcción que ve como los precios de las viviendas, irrefutablemente tienen que seguir subiendo.

La patronal balear de la construcción avisa de un incremento insalvable ya de hasta un 30% en el precio de la vivienda nueva en las islas ante los “sobrecostes de los materiales.” La Asociación de Constructores de Baleares “alerta del impacto negativo en las VPO y en las rescisiones de contratos con promotores.”

Hasta tres meses de espera para azulejos, grifos y váteres

Los precios de algunos materiales continúan subiendo, según SEOPAN (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras), estos son algunos ejemplos:

  • Madera +125%
  • Piedra +68%
  • Pizarra + 56%
  • Hierro +52%
  • Cobre +63%
  • Acero +55%
  • Polietileno +47%
  • Resinas +50%
  • PVC +47%
  • Panel Sándwich +59%
  • Cerrajería +54%
  • Material eléctrico +49%

El petróleo, la principal fuente energética en España, se compra en dólares en todos los mercados internacionales, un hándicap para comprar crudo desde nuestro país actualmente. La debilidad del euro frente al dólar se está intensificando con la crisis de suministros básicos como la electricidad, el gas o los carburantes tradicionales, y también crece la pérdida de valor de nuestra moneda comunitaria frente a su homóloga estadounidense.

Compramos caro y perdemos competitividad con la subida de precios generalizada en todos nuestros sectores productivos, principalmente encarecidos por el precio de la luz que sigue siendo el denominador común en todos los sectores y servicios.