Una novedosa experiencia inmersiva gracias a cuatro difusores dispuestos en los monitores táctiles a disposición de los visitantes en una sala del Museo del Prado, y a través de la tecnología ‘AirParfum’ desarrollada por la firma Puig, sin alcohol y sin saturar nuestra nariz.
El Museo del Prado innova una vez más, y ahora lanza una exposición olfativa junto a las obras de arte pictórico. Los cuadros nos evocan a un lugar, una época, una cultura o una idiosincrasia, e imaginar cómo olería ese escenario nos transporta directamente al centro de la obra y nos puede aportar todos los matices que el autor nos quiso ofrecer y acercar con sus pinceladas.
La obra ‘el olfato’ de Jan Brueghel ‘el viejo’, es solo la primera de las cinco pinturas que componen la nueva exposición olfativa que el Museo del Prado madrileño ofrece por primera vez a los visitantes. Precisamente este cuadro muestra flores de varias especies diversas que probablemente nos aportarían miles de notas olfativas. Jazmín, higuera, rosa, narciso… flores con olores muy característicos e intensos. Un jardín de auténtico ensueño, que la hija de Felipe II, Isabel Clara Eugenia, tenía en Bruselas junto a su marido en los inicios del siglo XVII.
El artista flamenco reflejó en esta obra pictórica hasta 80 variedades diferentes de plantas y flores, solo de rosas encontramos 8 distintas. Una riqueza olfativa que seguro que al autor le hubiera encantado transmitir al espectador. Hoy la tecnología, la imaginación y la innovación nos lo permiten.
Miles de detalles dentro de un cuadro, que a veces, en una pinacoteca de las dimensiones y la riqueza del Museo del Prado pueden pasar desapercibidos por los visitantes. Autores menos conocidos y obras menos mediáticas pueden atraer menos, sin embargo, poder oler aquel jardín, nos acerca y aporta la esencia última del cuadro y nos transporta como nunca antes había logrado una exposición.
Las diez fragancias que los visitantes pueden oler en esta exposición, son obra de la casa Gregorio Sola, perfumista de Puig y miembro de la Academia del Perfume. Hasta el 3 de julio una única sala del Museo del Prado ofrece esta inmersión sensitiva y experiencia sensorial novedosa, que está teniendo tan buena respuesta, que seguro será la primera de muchas.