Nuestro país tiene un grave ‘embudo’ en la demanda de vivienda, las familias buscan ser propietarias, aunque la edad para lograrlo se retrasa progresivamente. Italia, Portugal y España siguen escalando precios. ¿Qué medidas toma Europa?
El mercado inmobiliario y el acceso a la vivienda es una preocupación internacional, la mayoría de países tienen una situación que se ha ido complicando en los últimos años, en mayor o menor medida. Salvando excepciones, los países en vías de desarrollo tienen incluso un desequilibrio mayor en los precios que en España, donde pensamos que es un bien inasequible para muchos, pero estamos incluso un poco mejor que en otras latitudes.
Concretamente, según las comparativas internacionales que cruzan el salario medio con el importe medio de las casas, España está en el puesto 33 de los 50 países analizados, por lo que estamos en el segmento medio del ranking de accesibilidad a la vivienda.
En relación a los sueldos, los precios de la vivienda en España están un poco más equilibrados que en esos países en vías de desarrollo. Aunque la situación aquí no sea idílica, al contrario, la balanza entre oferta y demanda marca una escasez que altera todo el sistema desde hace meses e incluso años, y eso determina que el ‘embudo’ sea mayor.
El valor del dinero desde 2008 se ha ido devaluando progresivamente, y de manera mucho más pronunciada desde el estallido de la Guerra en Ucrania y la inflación generalizada que conllevó.
Los problemas de falta de vivienda son comunes en muchos países tanto fuera como dentro de Europa, y las legislaciones en materia de construcción de vivienda pública no terminan de despegar o concretarse en muchos de ellos.
Aproximadamente, tres de cada cuatro españoles es propietario de una vivienda (o hipotecado), una tasa superior tradicionalmente a la media europea. España es tierra de propietarios, incluso algunos privilegiados tienen dos viviendas (el 16%), o poseen tres o más inmuebles (el 4%).
Pese a la rebaja en este porcentaje que España ha sufrido en las últimas décadas, porque hasta hace poco superábamos el 80% de viviendas en propiedad. Sin embargo, la tasa sigue bastante elevada en la comparativa, y mucha culpa o mérito viene de esa ‘cultura de la propiedad’ que desde hace años hemos conservado en nuestro país. Aquí, durante años los alquileres han sido considerados como una solución temporal para estudiantes o trabajos puntuales con movilidad geográfica por un tiempo acotado.
La situación española no es muy diferente de la de otros países como Holanda, donde hay escasez de vivienda pública, los precios siguen escalando y la falta de viviendas ya es un problema social. Allí han tomado principalmente dos soluciones como pilares fundamentales:
- Incrementar el parque público de viviendas
- Penalizar los pisos vacíos
Mientras en Alemania, este verano la fuerte caída de los precios de las casas y la falta de obra de nueva construcción ha hundido por completo el mercado residencial, con el mayor descenso registrado hasta la fecha. Una caída récord que ha desestabilizado no sólo el sector, si no que ha repercutido en otros mercados nacionales.
Muy cerca, en Francia hablan de una situación social complicada ante la situación, muy similar a España, de continua subida de precios y falta de viviendas, especialmente de oferta asequible. Estudiantes, sindicatos y otros colectivos hablan de “bomba social”.
El precio de las casas en Italia, Portugal y España, según los datos, sigue en su escalada progresiva. Subidas según el último estudio de idealista:
- Italia +2,2%
- Portugal +9,8%
- España +8,7%
Hoy en las grandes ciudades españolas, como en otros grandes centros urbanos internacionales, la periferia y las ciudades ‘dormitorio’ en los entornos, también han elevado progresivamente sus precios y, además, es donde hoy en día se puede encontrar vivienda nueva, por lo que se han convertido en el objetivo de muchos particulares para su nuevo hogar.
Sin embargo, las zonas y municipios periféricos de Madrid, Málaga, Barcelona o Sevilla hoy también registran precios elevados, en algunos casos han llegado ya a superar los precios de la burbuja española de 2008.