En este momento estás viendo Espacio, el tesoro de tu hogar

Espacio, el tesoro de tu hogar

Siempre queremos y/o necesitamos más espacio en casa. Armarios empotrados y baldas u hornacinas integradas hacen que tu vivienda sea amplia y todo tenga su sitio. ¡Arranca el año deshaciéndote de lo que no usas y con almacenaje de sobra!

Con el arranque del nuevo año, hay muchos que también se plantean nuevos propósitos y hábitos más recomendables como ir al gimnasio, dejar de fumar o ponerse a dieta. También nuestro hogar necesita a veces ‘resetear’ y renovarse, pero antes de dejar paso a nueva decoración y sustituir algunas piezas, también es muy recomendable deshacerse de otras.
Para ganar espacio las hornacinas son una solución especialmente útil ya que no nos resta metros de nuestro baño, cocina o entrada a la vivienda, y ganamos esos centímetros para almacenaje o decoración. Algo de iluminación o una plantita verde es un toque único que sólo nos permite una hornacina.

hornacina escalera
hornacina baño

Por supuesto que el rey de almacenaje es el armario y mejor aún si es empotrado para ganar todo el espacio posible. Son tendencia los sencillos en madera, con puertas abatibles, tiradores discretos y blancos, pero ¿cómo lo prefieres tú?

armario sótano Casa Geosolar Index

La mejor solución para ganar espacio es, dejar hueco libre deshaciéndonos de cosas que no usamos. No dejes que acumulen polvo y ocupen el valioso espacio de tu salón ni de tus armarios, decídete y saca de tu casa todo aquello que ni usas, ni probablemente vayas a usar. Una buena opción es incluso venderlo, reutilizarlo de otra manera o regalarlo a otras personas que pueden venirles bien.
Todos los objetos que ya no nos gustan ni utilizamos nos consumen energía, así que deja de guardarlos otra vez más “por si acaso”. Nada de penas ni melancolías, tu equilibrio emocional también reside en renovar y liberar espacio.

  • Ropa que lleves más de dos años sin ponerte, difícilmente volverás a sacarle partido
  • Toallas que por tamaño o diseño ya no usas
  • Sábanas de otro tamaño o tipo, por ejemplo, si ahora tienes funda nórdica y antes no
  • Restos/retales de papeles de regalo y lazos
  • Banderines y objetos de fiestas de cumpleaños o fin de año sueltos
  • Cajas, manuales y embalajes de tecnología, juguetes, gadgets…
  • Ropa que te viene pequeña o grande y que guardas por si cambias de talla
  • Regalos que nunca has usado, pero parecen muy útiles
  • Teléfonos móviles antiguos, cargadores y/o fundas
  • Perfumes o productos cosméticos que no te convencen
  • Muestras de tratamientos, champús, perfumes…
  • Decoración navideña antigua que ya no pones, pero vuelves a guardar
  • Productos caducados en tu alacena, botiquín, productos de belleza…
  • Objetos estropeados pero reparables como impresoras, juguetes, tablets…
  • Tuppers y tapas desparejadas o estropeados
  • Ropa ‘para estar por casa’ o hacer manualidades, que nunca te pones
  • Moldes y utensilios de cocina que llevan años ocupando hueco en tu cocina
  • Tickets caducados, revistas o agendas viejas
  • Cinturones y complementos bonitos que llevas años sin usar
  • Zapatos (especialmente de tacón) incómodos que no te vas a volver a poner
  • Cajas de zapatos vacías

El orden y el espacio libre tienen poderes emocionales que no imaginas. Tirar o deshacernos de cosas que no necesitamos, es una terapia sin parangón. Psicológicamente, que todo esté en su sitio nos descarga y ayuda a renovar energías nuevas. No te cortes, si no se usa… ¡a la basura ya!