El PIB europeo cae y el precio de la vivienda no para su escalada en el continente. Lideran la subida de los precios Holanda, Alemania y Dinamarca, donde se habla de escasez de viviendas.
El desequilibrio entre las nuevas necesidades habitacionales tras la pandemia (y durante ella), con el stock inmobiliario es evidente. No solo por la falta de casas construidas, también por el perfil de estos inmuebles, ya que ahora la demanda ha cambiado sus prioridades.
El crecimiento de los precios durante el pasado 2020 duplica la tasa anual de media de los últimos 10 años. Unas cifras tremendas, y más aún en el contexto económico que vivimos. Con una economía muy tocada en diversos factores e indicadores por una pandemia mundial sin precedentes en nuestra sociedad contemporánea.
Economía solventes, saneadas y con pocas dudas sobre su estabilidad como las nórdicas o Alemania, están sufriendo un déficit en una necesidad prioritaria como la vivienda. En Dinamarca hoy los precios siguen en su escalada y rally alcista como si no existiese la covid y viviésemos otra época.
Incluso en España el precio de la vivienda, especialmente la de obra nueva, se ha mantenido estable e inquebrantable pese al temporal que azotaba duramente a otros sectores. Y las perspectivas son halagüeñas para el mercado inmobiliario nacional según la opinión de la mayoría de analistas.
Algunas ayudas y soportes como los ERTES, moratorias hipotecarias o las perspectivas económicas han colaborado para que ni los propietarios hayan tenido que vender con urgencia ni ‘a la desesperada’, y los que han vendido no han bajado precios ni ‘malvendido’ gracias al soporte del mercado que no había bajado precios. Al final las tendencias repercuten en todos los niveles, y la actual parece que no tiene intención de cambiar, ni en España ni en Europa.