Elegante, sofisticado, discreto, exótico… es el rey de la versatilidad y la seducción. El color negro tiene cabida en todos los estilos y estancias, combina y marida con absolutamente todos los colores y materiales… y además, ¡está de moda!
Sobrio, seductor y elegante, el omnipresente negro ha vuelto con mucha fuerza y gran protagonismo a colarse en las tendencias de decoración. Aporta a tu casa sofisticación y riesgo, porque aunque puede reducir visualmente los espacios ya que refleja menos la luz, atrapa las miradas y, en dosis adecuadas, es una garantía de armonía.
Los espacios ganan profundidad, contrastes y juegos visuales gracias a incorporar elementos en negro. Difícilmente lo encontremos solo, suele ir combinado con otros tonos, bien fríos y sobrios como blancos, piedra, beige, gris, o intensos como fucsias, rojos, naranjas, amarillos, verdes, morados o azules. En dosis adecuadas y combinado equilibradamente, el negro es encantador.
De la mano de estilos como vintage, minimalismo o industrial, el negro comenzó a ganar terreno de nuevo en elementos y piezas decorativas como en sillas, patas de lámparas de pie, marcos, estanterías, cuadros-vitrina y espejos, pequeñas cajas decorativas.
Sin embargo, el gusto por el negro continúa ganando terreno en casa y su desembarco ha continuado progresivamente. Hoy lo encontramos en sofás, alfombras, paredes, consolas, mármoles de mesas o baños, cocinas que abandonan el monopolio tradicional del blanco hacia su opuesto.
El color negro y toda su amplia gama de tonalidades se ha colado en estilos contemporáneos, románticos, ambientes japoneses, étnicos y encaja perfectamente en todas las viviendas basadas en fusiones de estilos.
En ambientes clásicos, por ejemplo en un mueble tradicional, toques de negro le restan aspecto serio y lo modernizan sin perder elegancia. Así su estilo cambia radicalmente pero no su elegancia ni su ambiente.
Todos los tonos negros y todas las combinaciones en rombos, rayas, cuadros, jaspeados, o con las vetas de materiales como el mármol.
Todos los materiales del mercados se encuentran en color negro. Es un pilar fundamental, un básico y un tono omnipresente en la decoración, aunque nunca antes el interiorismo le había abrazado con tanta fuerza.
Terciopelos, cueros, linos, lanas, y hasta perfilerías de carpintería de aluminio. Lo que imagines se tiñe de negro para dar unas pinceladas de glamour y elegancia, modernidad y sobriedad.
Por ejemplo en las cocinas el negro ha llegado para quedarse. Encimeras de piedra natural o artificial, y muebles en combinación con blancos, grises,… o romper con otros colores intensos como el amarillo huevo, azul petróleo, o el rojo. Son parejas muy arriesgadas y la cocina es un espacio que luce mucho, pero donde caben pocos cambios superficiales. A veces el riesgo en lugar de asumirse en muebles de cocina, se introduce el negro en taburetes altos, tiradores, lámparas, cuadros…
En la iluminación el negro industrial en un principio se ha transformado a todos los estilos, incluso los menos simples o más barrocos y recargados. Negro con dorado o negro con blanco son de las fusiones más elegantes en decoración y por ejemplo en salones y entradas son un éxito asegurado, pero también en jarrones, vasijas, tibot, cojines, o cestería de fibras naturales con toques en negros.
Dosificarlo el negro es fundamental. Si en una cocina los muebles son negros, azulejos y encimeras blancas o muy claras. Para que no nos dé la sensación de oscuridad.
O por ejemplo, si se usa en paredes, que es una tendencia en boga, normalmente se hace para paredes no muy grandes y que no tengan techos muy bajos, para evitar que se cierre mucho la sensación en la habitación. Negro en pintura o en papel pintado con rayas o figuras geométricas donde el color predominante sea el negro pero que de más alegría y luz.
Materiales como la madera son una compañía perfecta para el negro en todas las tonalidades de maderas y de negros. También otros materiales que combinados con negro son un éxito; cemento, piedra, o fibras naturales.
