Ocres como las hojas que caen de los árboles en el otoño, así nuestro hogar se salpica de mostazas, marrones, rojizos y anaranjados en todos los rincones y detalles imaginables. Más allá de los textiles… cuadros, espejos, paredes, lámparas… ¡Llénate de color!
El otoño trae las primeras bajadas de temperatura y apetece, por fin, taparse con una mantita después del caluroso verano. Los colores cálidos de la época de la caída de las hojas de los árboles son tendencia y nos encantan.
Alegría del amarillo mostaza, verdes y marrones en todas sus gamas cálidas, rojos, anaranjados, ocres, beiges,… La amplitud cromática de esta estación es muy sugerente. Siempre solemos pensar en los textiles para cambiar los colores de nuestra decoración, porque indudablemente son los más fáciles y económicos, pero podemos ir mucho más allá y sin un gran desembolso de dinero.
Pantallas de lámparas en rojizos y naranjas que nos evocan una calidez sin parangón. Espejos con destacados marcos en verdes, o muebles en roble con grandes vetas marcadas y oscuras.
Decorar con troncos de leña es quizá el punto más acogedor de una estancia. Si hay chimenea y fuego más aún. Materiales como el corcho, la madera sin tratar o las fibras naturales son siempre bienvenidas en cualquier época del año, pero más si cabe en otoño y junto a una chimenea con mantita en el sofá o sillón.
Precisamente muchos muebles y piezas destacadas como sofás, butacas o sillones se tapizan en ocres sutiles, verdes mezclados con rojos o con toques amarillentos. Mezclar es ganar en este tipo de decoraciones. Se trata de combinar bien piezas grandes como pequeña decoración pero en armonía para lograr un resultado sumamente acogedor.
El otoño puede aportar a nuestro hogar un ambiente que te abraza al entrar. Velas blancas y en tonalidades otoñales que contrastan con fuerza con flores y frutos secos que surgen como elementos decorativos como calabazas, semillas, piñas o ramas. Incluso ramas que se cuelgan de la pared como un original toque natural.
El textil se vuelve más abrigo y sus tejidos más gustosos y mullidos, desde mantas de sofá, plaids, mantelerías, cojines, alfombras, pufs,… El grosor y la textura importan y ya no buscamos los tejidos livianos y ligeros de primavera y verano.
Viste de otoño tu hogar para que ninguna época del año pueda parecer con una decoración aburrida, ni que en casa todo el año esté todo igual. Hay que renovarse cada temporada para, con pocos toques y estratégicos, adaptar también nuestra casa a la llegada del frío.
