Los adornos en materiales naturales son más acogedores y la iluminación cálida crea un ambiente muy hogareño en estas fechas. Olvida la estrella y el espumillón; árboles elegantes en tonos neutros como gris y blanco.
El árbol de Navidad ha conquistado el mundo entero y no se entiende esta época sin él. Monocromáticos en verdes o en blancos, con adornos artesanales o muy sofisticados. Tu estilo decorativo en casa impregna también tu árbol en Navidad, y afortunadamente hoy hay opciones para todos los gustos, e incluso para cambiarlo cada diciembre.
Pocos hogares prescinden de su árbol hoy en día, por eso encontramos una amplísima oferta, pero no siempre lo más común es justo lo que nos gusta. Hay que buscar y tener claro lo que sí y lo que no queremos, como en todo. Aunque esté unas semanas entre nosotros, son unas fechas muy especiales y la decoración navideña cada vez se mima más.
Principalmente elegimos el árbol y el estilo de los adornos. En cuanto al árbol el tamaño es una elección muy personal, y desde los más pequeños que colocamos sobre una estantería o aparador, a los que rozan los dos metros y muestran nuestra debilidad por la Navidad, todo dependerá de tu espacio y decisión.
Prácticamente lo más habitual es elegir un árbol artificial, y hoy encontramos modelos artificiales con calidades y simulaciones muy perfectas. Varias tonalidades de verdes, con ramas marrones en diversos tamaños. Son una excelente opción para tener un árbol por muchos años.
El verde es el color más buscado, pero también hay árboles en blanco, negro, rojo o dorado. Colores muy navideños que dan un toque muy original para los que el tradicional árbol verde les parece aburrido.
El verde domina en el color del árbol, pero hay quien va más allá y lo escoge como único tono. Un árbol monocromático es una propuesta arriesgada que, con diferentes tonalidades de verdes, puede dar un toque muy sofisticado a tu hogar.
En cuanto a la decoración hay quien combina todo a la perfección y quien cada año va sumando novedades y no siempre en la misma línea de los adornos que ya tenía. Piezas decorativas, iluminación y cubrir el pie del árbol es básicamente lo que necesitamos.
Es tendencia el uso de fibras naturales en bolas, estrellas,… Los materiales y textiles al natural aportan un extra de ambiente acogedor. Yute, lino, barro o cerámica, cartón, madera, corcho, cuerda, rafia… Sus tonalidades y sus texturas rompen la barrera del antiguo árbol de plástico con luces y colores estridentes. Además estas piezas suelen ser una opción mucho más sostenible y ecológica por eliminar el uso del plástico y por su menor huella de carbono.
Elementos naturales como piñas, troncos de madera o frutos secos de temporada como bellotas o nueces, son el mejor complemento en cualquier adorno decorativo y dan ese toque cálido y natural.
A la hora de elegir el tamaño de los adornos debemos ser proporcionados. Es decir, si nuestro árbol es de 90 centímetros de alto no vamos a colocar bolas de 20 centímetros de diámetro, y a la inversa. Siempre con proporción y preferiblemente también con homogeneidad. Se trata de elegir un tamaño y que todos los elementos, aunque diferentes entre sí, mantengan un tamaño similar. Bolas, estrellas, ángeles, bastones, cajitas de regalos, piñas, velas,… y todos del mismo tamaño. Es posible que si son piezas naturales como piñas cogidas del monte, evidentemente no sean todas iguales, pero sí podemos escoger tamaños lo más iguales posibles.
Un éxito seguro es buscar en el mismo tamaño modelos muy diferentes, por ejemplo, muchas bolas similares pero no iguales, que aparecen en diversos colores, materiales o combinaciones. Es tendencia el textil incorporado incluso en piezas de plástico o pvc. Estampados en colores navideños como blanco, rojo y verde, por ejemplo los cuadros escoceses o las estrellas de copos de nieve.
Estos estampados con origen nórdico, están muy de moda y aparecen casi en cualquier elemento como bolas y adornos, papel de regalo, cintas y guirnaldas, macetas vestidas o cubre pies de árbol.
El blanco de la nieve invernal nos gusta en Navidad, por eso aparece en miles de opciones desde plumas, pelo, casitas iluminadas, bolas, velas, estrellas, coronas, alas, muñecos de nieve, luces, cintas,… Elegir todos los adornos en diferentes tonos de blanco, independientemente del color de tu árbol, es una propuesta en boga que cada año suma seguidores.
Hay clásicos infalibles de los que no solemos prescindir como el oro y la plata. Son tonos muy navideños, alegres y festivos que relacionamos con estas fechas. No es tendencia, pero nunca pasan de moda, siguen siendo una apuesta segura.
A la hora de decorar un árbol de Navidad, casi como para decorar cualquier estancia, no hay reglas y el gusto marca las decisiones. Aunque hay algunos básicos que han pasado de ser imprescindibles a trasnochados. Algunos elementos decorativos del árbol que se marcharon y por el momento están prohibidos: el espumillón de cualquier color, las cintas o cadenitas que giran alrededor del árbol rodeándolo, las luces de colores diversos y la gran estrella que solía coronar la parte más alta del árbol.
No hay árbol sin iluminación, pero sobre todo, no hay Navidad sin luces decorativas. La luz cálida es recomendable en cualquier combinación decorativa para un árbol de Navidad, ya que crea ambientes acogedores y rincones llenos de magia. Opciones más discretas y originales que se mimetizan con el color de nuestra chimenea.
Para un amante del blanco, por ejemplo, elegirá un árbol verde con toques de iluminación led muy sutiles. Es recomendable que haya gran cantidad de puntos de luz, que todas sean cálidas y que las bombillas sean discretas, lejos de aquella moda de grandes cerezas rojas, estrellas azules, etc.
El pie del árbol siempre tratamos de ocultarlo y aprovechar para incluir más decoración en ese rincón mágico de nuestro hogar durante estas fechas navideñas. La forma más sencilla de cubrir esa zona es con textil. Por ejemplo, si el árbol es de materiales naturales, le podemos poner una tela en yute y algunas figuras decorativas como cestas y cajas de regalo a los pies. Si nuestro árbol es en plata y dorado, decorar algunos paquetes en esos colores, o si nos hemos decantado por una decoración en tonos rojos, podemos buscar textiles en esas tonalidades para tapar el tronco o el soporte del árbol. Buscar toques originales bien por un estampado, bien por la combinación o gracias a elementos y complementos como cestas de mimbre, cintas de estraza, pequeños candiles o velas decorativas. Logra un rincón cálido, discreto, elegante y lleno de ilusión.
Es tal la expansión del árbol de Navidad que hay muchas leyendas y versiones sobre su origen, parece que está reñido adjudicárselo. Hay quien lo sitúa en un pequeño piso neoyorkino por primera vez en el siglo XIX… Sin embargo, en Alemania aseguran que apareció el primer árbol decorado en 1605 para ambientar con color y alegría el frío invernal. De Alemania habría arraigado en los países nórdicos y de ahí a Inglaterra conquistando poco a poco el norte de Europa.
En España hay quien defiende que llegó por primera vez en 1870 de la mano de una princesa rusa llamada Sofía Troubetzkoy que lo instaló en Madrid en plena calle. Concretamente, en el desaparecido Palacio de Alcañices que estaba ubicado en el Paseo del Prado esquina con calle Alcalá. Lo que es claro, es que su expansión ha conquistado el mundo, y hoy es uno de los símbolos más reconocidos de la Navidad.