Los datos de la pandemia empujan a las familias a dos claras tendencias en cuanto a su hogar. Por un lado alejarse de las aglomeraciones creciendo exponencialmente el interés de inmuebles en localidades de pequeño y medio tamaño.
Por otro lado, evidentemente para muchos ‘hacerse su casa’ es la primera opción, es decir, personalizar y escoger cómo será su vivienda tras un confinamiento en el que según los psicólogos hemos descubierto nuevas necesidades en nuestra casa y nuevos usos de cada uno de sus rincones.
Evidentemente, la situación sanitaria lleva a pensar en posibles confinamientos, quizá no tan estrictos o sí, como en primavera, pero en cualquier caso, protegernos dentro de casa y salir lo necesario.
Irrefutablemente, la mayoría de expertos coinciden en estas tendencias, como Juan Fernandez-Aceytuno, director general de Sociedad de Tasación que afirma que “la demanda se está interesando por viviendas unifamiliares, con zonas de exteriores, con mejor distribución, terrazas, espacios abiertos, sol y una buena dotación de servicios urbanos”.
Si el virus eligiese un lugar donde vivir, sin lugar a dudas preferiría una gran ciudad muy poblada. De ahí que cuanto más le conocemos, más sabemos los beneficios de vivir cerca de la naturaleza y zonas verdes, de tener viviendas amplias y de poder adaptarlas por ejemplo para teletrabajar sin limitaciones. Es la nueva realidad sanitaria y laboral.