El 60% de la población mundial reside en ciudades y entornos urbanos, y el porcentaje continúa al alza, por lo que la movilidad será un grave problema logístico y medioambiental. Pese a la situación económica y energética internacional, hoy se venden al año un millón de coches, y para 2030 se espera que sea un millón y medio.
Si hace unos años, el gran reto de las ciudades era crear infraestructuras, aparcamientos, circunvalaciones y soluciones para un volumen de tráfico que había crecido con rapidez, el futuro pasa por transformar el modelo de ciudad.
El problema del tráfico no es solo logístico, los atascos kilométricos habituales y el tiempo dedicado a desplazamientos en las grandes urbes va mucho más allá de la paciencia de los conductores.
La calidad del aire de nuestras ciudades es cada día peor, los índices de contaminación y las muertes provocadas por estos factores se dispara cada año. Según la OMS, 9 de cada 10 personas respira aire ‘altamente contaminado’ y este motivo causa cada año más de 33.000 muertes.
Así que el tráfico y la movilidad son uno de los retos más importantes de nuestra generación. Con tráfico la ciudad se vuelve insegura para los ciclistas y peatones, por lo que a más coches, mayor hostilidad para el resto de usuarios de la vía.
Las ciudades del futuro pasan por medidas para fomentar una movilidad inteligente con áreas de pago por circulación y zonas de bajas emisiones con protección frente al tráfico rodado. Ciudades inteligentes en las que la sostenibilidad prima sobre otros factores.
La movilidad y la descarbonización deben ir de la mano y en el futuro, las ‘smart cities’ deben habilitar espacios peatonalizados, zonas para bicis, patinetes y peatones, y fomentar el transporte público.
¿Cómo son las ciudades con tráfico inteligente?
Cambiar el modelo actual de ciudad es básico y es la línea en la que apuntan todos los expertos. El objetivo de la digitalización de las ciudades es lograr una movilidad y un tráfico inteligentes.
Vías de alta capacidad
Zonas de bajas emisiones (ZBE) en ciudades de más de 50.000 habitantes
‘Ecopeajes’ o pago por circulación y/o uso de la infraestructura
Limitar la circulación a los vehículos más contaminantes
Fomento del uso del transporte público con aumento de frecuencias y rutas
Ampliación de vías para peatones, bicis y/o patinetes
Protección acústica a los ciudadanos
Renovación de la flota automovilística
Bonificaciones para vehículos eléctricos y/o híbridos
Medidas similares ya han transformado capitales europeas como Londres, donde en apenas tres años se ha logrado reducir a la mitad los vehículos altamente contaminantes en el centro de la ciudad.
En otras ciudades se están probando ya ejemplos de los conocidos como ‘ecopeajes’. Es el caso de Valencia, donde los conductores tendrían que pagar para acceder al centro urbano y lo haría en función a su renta, miembros de la familia, etc. Una tasa adaptada además de una zona delimitada de bajas emisiones como otras muchas ciudades europeas.