Europa quiere reducir cables en casa y para ello propone la imposición de un cargador único para todos los dispositivos electrónicos con un puerto USB-C.
La normativa quiere que en otoño de 2024 los teléfonos inteligentes, tabletas, cámaras digitales, auriculares y miniauriculares inalámbricos, consolas de videojuegos, eReaders, teclados, dispositivos de navegación, y poco a poco extenderlo a los ordenadores portátiles, todos tengan el ‘cargador único’.
La idea cruza varios objetivos, con la practicidad de evitar diferentes cargadores para cada aparato, y con la sostenibilidad de reducir materiales de cada uno de los diversos cables, transformadores o soportes de carga.
Hasta 13.000 toneladas de residuos electrónicos estiman las autoridades europeas que se van a evitar con esta medida, eso sin contar cuando se incorporen los ordenadores. Se han determinado unos 18 meses de tregua para que los portátiles se vayan adaptando y sus clavijas sean compatibles con las del resto de dispositivos.
Lo cierto es que la simplificación es necesaria en una sociedad que cada vez tiene más dispositivos por persona, y más miembros de las familias disponen de ellos. Hace unos años solo había, por ejemplo, dos teléfonos móviles por familia. Hoy muchos adultos ya disponen de dos, uno para cuestiones laborales y otro para personales. Además, los adolescentes cada vez a edades más tempranas también tienen su Smartphone, su cámara digital, una tablet quizá compartida con algún hermano.
La realidad de la presencia de los aparatos electrónicos en nuestra sociedad ha cambiado, y debemos adaptarnos. Igual que hoy en los coches ya se incorporan varios cargadores usb de última generación, también en los escritorios, en la domótica integrada en nuestros hogares, etc. La sociedad cambia y con ella todos las herramientas que nos facilitan nuestro nuevo día a día tecnológico.
Las normativas, afortunadamente en ocasiones, también van de la mano, como en este caso para evitar un desajuste entre la normalidad (decenas de distintos dispositivos en una vivienda), y el sentido común (decenas de cargadores y cables, incluso casi uno por cada dispositivo).
Sin embargo, no faltan críticas a la medida, en este caso por quedarse corta, ya que se quedan fuera de este cargador único los relojes inteligentes y aparatos para la práctica deportiva, o los monitores de actividad. Al menos la tendencia será a converger todos los sistemas de carga, y quizá poco a poco se aúnen también estos dispositivos más pequeños hacia este cargador común europeo.
