Mientras en España contamos cuántos usuarios más eligen el transporte público tras las rebajas o gratuidades en las grandes ciudades para reducir el gasto energético, en países como Francia o Alemania, directamente pagan más a los trabajadores que van a su puesto de trabajo en bicicleta.
La bici es una solución no solo para reducir el consumo energético, supone hacer deporte diario y suave que es la mejor prevención de enfermedades cardiovasculares, dolores de espalda, etc. La cantidad de dolencias que se evitarían si a diario hiciéramos un par de trayectos pedaleando sin duda es muy elevado, y por tanto también el ahorro en gasto sanitario.
Evidentemente la prevención en salud supone un ahorro muy importante a futuro en gasto sanitario y las autoridades lo saben. La ecología y la economía una vez más se dan la mano.
En Holanda y Dinamarca más del 70% de los ciudadanos utiliza con mucha frecuencia su bicicleta, pero en España este hábito en los desplazamientos por la ciudad no está tan arraigado. De hecho aquí la bici se reduce más al ocio que a una forma de movilidad habitual.
La movilidad sostenible en las ciudades se transforma y adquiere formas muy diversas, porque la solución a un sistema tan carbonizado no es fácil ni puede ser una única.
Complementos salariales si vas a la oficina o a tu lugar de trabajo en bicicleta. Es la rotunda medida que muchas empresas y autoridades de algunos países europeos han tomado ya. Parece utópico para la cultura española, pero solo con medidas tan valientes se pueden obtener resultados contundentes.
En concreto, algunas compañías como el caso de ‘Startup bikuh’ en Alemania, que posibilita a sus empleados ganar un extra en su nómina si utiliza la bici.
En Francia cada kilómetro recorrido en bici para llegar a tu puesto de trabajo se traduce en sumar 25 centímetros de euro en la nómina. Así, la nueva Ley de Transición Energética del país galo puede llegar a sumar hasta 200 euros al año en cada salario.
No es el único caso, en otros países con una gran cultura y arraigo de la bicicleta, como en Países Bajos, desde hace unos años se establecieron planes para que las empresas posibiliten a sus empleados ese pago extra si acuden al trabajo en bici, y pueden llegar hasta los 450 euros al año, sumando unos 19 centímetros por kilómetro.
Desde 2014 en Reino Unido cerca de 35.000 compañías se han adherido a un plan de fomento del uso de la bicicleta en los desplazamientos y supone una retribución que varía en cada caso, pero que sirve sin duda para decidir a muchos indecisos a pedalear cada día.
El uso continuado de la bicicleta tiene muchos beneficios no solo a corto plazo con las medidas de restricción energética que en este momento tantos quebraderos de cabeza están dando.
Los motivos medioambientales y de salud se traducen en motivos económicos de peso si vemos la repercusión del deporte en las bajas laborales o en sistemas como la sanidad pública española. Además, según todas las estadísticas, las personas que usan la bici a diario o varias veces a la semana suelen ser menos adictos al tabaco, el alcohol y otras sustancias. E incluso, afirman los responsables de recursos humanos que suelen ser personas no solo más sanas, sino también más alegres, puntuales, creativas y productivas.
Sin duda la bici es una gran aliada para la descarbonización y evitar un gravísimo problema que sufrimos especialmente en las grandes ciudades; la contaminación. La polución causa cada año más muertes y los coches tienen que dejar paso a las bicis para hacer más sostenible la movilidad.
Por supuesto este tipo de medidas no se quedan en pagar más por ir en bici, también las empresas tienen que adquirir una sensibilidad y un compromiso para habilitar si es necesario taquillas, duchas, zonas de vestuarios, aparcamiento para bicis, etc.