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Contra el acoso y bullying: inteligencia emocional para niños

Contra el acoso y bullying: inteligencia emocional para niños

La salud mental no es cosa de adultos, ni de niños. La infancia es una etapa clave para ‘amueblar bien nuestra mente’ y desarrollarnos sin prejuicios, tabús, traumas o estereotipos que cuando seamos adultos nos produzcan efectos indeseados.
La inteligencia emocional, la meditación o mindfulness, son herramientas útiles para nuestra fortaleza emocional y estabilidad ante las dificultades. Si los adolescentes no estuvieran inmersos en procesos de creación de la personalidad, no tendrían problemas de autoestima ni les afectarían los comentarios o las críticas de sus compañeros. Pero su fortaleza mental y emocional en la mayoría de las ocasiones no es muy resistente ante esos envites.

bullying

El reto es erradicar el acoso escolar y las víctimas del desgraciadamente famoso ‘bullying’, pero entre los objetivos tiene que estar insalvablemente como solución, fomentar la salud mental entre niños y adolescentes para prevenir este tipo de problemas y conflictos.
Es decir, luchar contra el acoso pasa por mejorar la inteligencia emocional de nuestros jóvenes para que estén dotados de herramientas para canalizar las críticas o las frustraciones tanto en la infancia, adolescencia o edad adulta.

Algunas recomendaciones y consejos para acompañar en el aprendizaje de la inteligencia emocional en niños y adolescentes, son:

  • Rabia, rabietas e ira. Hacerles conscientes de las numerosas ocasiones en las que la ira o la rabia se apoderan de los más pequeños.
  • Reconocer emociones. Los sentimientos básicos, como la tristeza, alegría o el miedo, deben ser reconocidos para dominarlos.
  • Nombrar sus sentimientos. Saber expresar lo que sienten es fundamental porque ‘no solo sé que estoy enfadado, sé que es porque no me gusta esta merienda’.
  • Aprender a controlar sus emociones. Enseñarles una alternativa tras gritar, golpear o llorar. Por ejemplo, si lloras no entiendo lo que quieres, en lugar de dar golpes a ese juguete dime qué ocurre.
  • Otras emociones. Detectar y conocer otras emociones como la vergüenza, el cariño o la frustración. Saber cómo son, qué y cuándo las suele sentir.
  • Empatizar. Ponerse en el lugar de la persona a la que ha pegado o a la que le ha dicho algo desagradable, ‘¿Cómo se sentirá la abuela si le dices eso?’
  • Comunicarse. Preguntarles cosas que les interesen para que desarrollen sus argumentos y opiniones.
  • Escuchar. Además de saber expresar sus sentimientos, es muy importante saber escuchar a los demás sus argumentos. La escucha activa es aprender de lo que los demás nos cuentan. ‘¿Te parece bien?’
  • Dialogar. Los pactos, negociaciones o toma de decisiones teniendo en cuenta su opinión marcarán la importancia de éstas.
  • Expresarse. Mostrar sus emociones es fundamental para su desarrollo y autoestima en todos los aspectos de la vida y marcará su carácter para que en el futuro también se exprese y muestre su opinión con normalidad.
  • Canalizar lo negativo. Saber que las emociones serán desagradables en muchas ocasiones y también hay que gestionarlas. Algunos trucos como contar hasta 10 o tratar el tema más tarde pueden ser recursos útiles para un niño.
  • Sociabilizar. Sentirse miembro de un grupo, familia, colectivo,… ayuda a empatizar con los demás y a adquirir habilidades sociales.
  • Fomentar el esfuerzo. Si destacamos lo bien hecho ayudamos a su autoestima, pero si destacamos su esfuerzo provocamos que el éxito sea gracias a sus logros generando una mayor satisfacción y una cultura del esfuerzo para el futuro.
Contra el acoso y bullying: inteligencia emocional para niños

Las cualidades de un niño pasan por su conciencia, su regulación, su motivación, su empatía y sus habilidades sociales principalmente. Si de niño desarrolla y afianza estos pilares básicos en positivo, cuando llegue a adolescente tendrá muchas más herramientas para solucionar con facilidad situaciones complejas, y cuando se convierta en adulto será capaz de gestionar conflictos o situaciones en las que el estrés u otros agentes paralelos empeoran los contextos por ejemplo.

El respeto y la empatía son grandes trucos para sacar lo mejor de los equipos de trabajo, mejorar la productividad y optimizar el tiempo de gestión de cualquier proceso, por lo que la inteligencia emocional no es solo una inversión a corto o medio plazo ni es exclusivo de los ámbitos familiares, también empresariales.