En el último año el Euríbor ha pasado de negativo a superar el 2%, mientras los tipos de interés siguen subiendo en todo el planeta como medida para paliar una inflación que no cede, ¿qué futuro le espera a la vivienda?
Tras el funeral de la Reina Isabel II, el Banco de Inglaterra lo primero que ha hecho al retomar la actividad ha sido subir los tipos de interés al 2,25%, su nivel más elevado desde el año 2008. Mientras en los Estados Unidos, la Reserva Federal ha vuelto a subirlos también, por tercera vez. En esta ocasión un 0,75%, es decir, igualando los niveles más elevados que se dieron en 2008. Allí, el precio del dinero se sitúa hoy entre el 3 y 3,25% tras las subidas. Y la tendencia, según reconocen todas las autorizadas implicadas de la Reserva Federal es que la senda seguirá siendo más subidas consecutivas.
Según Bankinter, en concreto el Departamento de Análisis en su informe de estrategia trimestral estima esta previsión de los tipos de interés en EE.UU para 2022 y 2023.
La inflación sigue preocupando prioritariamente a los gobiernos y para frenar el tsunami de los precios solo los tipos parecen ser capaces de amortiguarlo. Así, según los expertos financieros internacionales, hay síntomas claros de inicio de ‘enfriamiento’ económico, pero si se frena la actividad tras un repunte, ¿realmente se frena?
Si los tipos suben después de años en negativo, ¿estamos en una mala situación para hipotecarnos? El contexto es fundamental para ver con perspectiva, y lo que dicen los expertos desde que los tipos son foco de atención, es que las condiciones actuales de los préstamos hipotecarios, efectivamente son peores que hace unos meses, pero siguen siendo ‘muy atractivos’.
“La vivienda modera el alza de precios”, ¿de verdad de ahí alguien entiende que baja el precio de la vivienda? No nos engañemos, los precios llevan meses disparados, los datos actuales siguen hablando de subidas, en el segundo trimestre de 2022 la vivienda se ha encarecido un 8,8%, y se suma a incontables subidas anteriores. Lo que sí destacamos es que “se modera el alza”, vamos, que las subidas son menores o se mantiene el precio.
Algunos materiales hace unos meses llegaron a multiplicar su precio hasta por 5, si hoy no suben, ¿significa que bajan? No. Evidentemente la situación ha cambiado, el horizonte de los precios se ha revolucionado y especialmente tras la guerra en Ucrania y la situación energética internacional.
Nuevos horizontes de precios y del precio del dinero para todos en todo el planeta. Y con este nuevo contexto y esta nueva visión de la sociedad y la economía, tenemos que plantearnos situaciones que hasta hace poco parecían impensables. Por ejemplo algo tan sencillo como que los precios no van a bajar, en el mejor de los casos, pueden moderar las subidas que venimos sufriendo en los últimos meses.
El objetivo de la subida de tipos no es otro que moderar el consumo y la demanda, y en el sector inmobiliario significa que se venderán menos casas, aunque al menos por el momento no se está logrando este fin.
La inflación y la subida de tipos deberían contener la venta de inmuebles, por lo que precios y demanda se contendrían. Es lo que se espera para los próximos meses, pero es solo una estimación. Y lo que demuestran los datos por el momento, es que no se está materializando todavía.
El acceso a la vivienda y al alquiler se complica precisamente porque los precios no se están conteniendo como auguran o desean los expertos económicos, y por ahora todo son previsiones, pero no datos reales.
Cómo será la evolución de la vivienda es la pregunta del millón. Todos auguran contención, pero todo sigue por las nubes. Ante la incertidumbre de todo el sector, obra nueva, segunda mano y alquiler siguen fuera del alcance especialmente de los jóvenes y aquellas rentas más bajas.