Es la primera vez, tras décadas de leyenda, que un grupo de investigadores ha logrado descubrir restos inéditos del naufragio del Titanic gracias a la tecnología 3D y su enorme precisión.
Una reconstrucción en 3D con 700.000 fotografías que han tomado varios robots submarinos y que logran ahora mostrarnos por primera vez el estado real del Titanic actualmente. Una imagen y reconstrucción hiperrealista gracias una tecnología 3D que nunca antes nos había servido de forma tan útil en una investigación que los investigadores de todo el mundo llevan décadas realizando.
El transatlántico más famoso de la historia sigue ofreciéndonos noticias y titulares. La BBC ha emitido nuevas imágenes logradas gracias a la tecnología de escaneado en tres dimensiones y a tamaño real de los restos del hundimiento del Titanic.
Las imágenes inéditas muestran los restos reales que yacen a casi 4.000 metros de profundidad en el Océano Atlántico. Unas imágenes elaboradas gracias a la cartografía de aguas profundas y permiten ver con claridad la nave como si no estuviera sumergida en el agua.
La tecnología 3D ha permitido unas imágenes en alta resolución nunca antes vistas y ofrece detalles nuevos como la popa o la proa del barco separadas y llenas de escombros. Incluso detalles que las imágenes en alta definición permiten ver por primera vez como el número de serie de una hélice del Titanic.
Ahora, podremos estudiar y conocer muchos más detalles sobre esta catástrofe marítima que en 1912 supuso un punto de inflexión para siempre en la historia naval.
Los científicos tienen una gran herramienta a su servicio, en una labor compleja y en la que cada día pierden datos por la erosión de los restos. Gracias a esta tecnología y a las imágenes logradas los investigadores ya no parten de interpretaciones sino de pruebas reales, datos y mediciones exactas.
Los restos de aquel accidente son los únicos testigos actuales que pueden ayudar a la ciencia a avanzar en seguridad y pueden aclarar los interrogantes aún abiertos de una leyenda icónica. Un gran barco que hace ahora 111 años salió del puerto de Southampton hacia Nueva York y nunca llegó. Sus restos, en el lecho marino, siguen llenos de incógnitas que parece que la tecnología e innovación en 3D puede ahora resolver.