
En un radio de 15 minutos a pie o en bicicleta tener todas las necesidades cubiertas, es el concepto en el que se basan las ciudades de 15 minutos, o si es el entorno rural, máximo de 45 minutos.
‘Fomentar el contacto con la naturaleza, la movilidad sostenible, una vida de cercanía que apueste por las relaciones humanas en un entorno seguro y amable.’ Son algunas de las ventajas y principios básicos de este concepto que grandes urbes como París, Milán, Portland o Melbourne ya están implantando y que ahora se quiere fomentar y promover también en localidades y ciudades españolas.
Según la Declaración promovida desde el Foro NESI, se lucharía de manera transversal por la sostenibilidad de las ciudades y el reto demográfico rural, por lo que sus objetivos son ambiciosos e interconectados.
En el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, las ciudades 15 minutos buscan espacios de calidad y confort para vivir y para trabajar, y por supuesto con independencia del lugar y tamaño de dónde residas.
Las personas como epicentro de los espacios, es el leitmotiv de esta llamada ‘Declaración por las Ciudades de 15 minutos y Territorios de 45 minutos’. ¿Cómo funciona esa ciudad? Sencillamente con proximidad como valor básico y como motor de transformación de la sociedad. El desarrollo de un territorio se basa en los modelos y hábitos de consumo y vida de sus habitantes, y si cambiamos esos usos, cambia la ciudad o el territorio y sus formas. 7
Solo apostando por la cercanía obtenemos productos de temporada, con menor huella de carbono, de mejor calidad y a mejor precio normalmente. Igual que los comercios de proximidad, podemos extrapolarlo a otros negocios, y por supuesto a la movilidad sostenible. Y en este efecto dominó, caminar o ir en bici a diario supone una mejora sustancial en nuestra salud, y una alimentación con un elevado porcentaje de productos frescos también es más saludable.
La gestión de recursos como el agua o los residuos son también claves para la transformación ecológica y energética sostenibles, la descarbonización de la sociedad o la economía circular y la reutilización como algo habitual. Hay quien dice que la globalización hizo perder a los pequeños pueblos su sabor, quizá esta propuesta nos devuelve de nuevo a ‘la vida del pueblo’.