Una tecnología innovadora ha demostrado que se puede obtener papel nuevo a partir de las hojas secas caídas de los árboles de hoja caduca. Así, en otoño se podría reutilizar un material que, a priori, no tiene valor alguno salvo para el mantillo de la tierra.
Evitaría miles de toneladas de dióxido de carbono y emisiones contaminantes a nuestra atmósfera, ya que reduciría notablemente la huella de carbono de la producción de papel. Y lo que es mucho más importante, evitaría la tala de millones de árboles en todo el planeta.
El avance que viene a revolucionar la industria papelera, ha sido obra de un veinteañero ucraniano, Valentyn Frechka, quien ha demostrado que se puede obtener nuevas hojas de papel a partir de las hojas secas de los árboles.
¿Cómo es posible esta transformación de materiales tan revolucionaria? El nuevo papel sostenible o ecológico, como lo han denominado, surge de tratar la hojarasca seca natural basándose en las transformaciones de la celulosa y otros biopolímeros. ¿Por qué no se puede obtener la pulpa con la que se obtiene el papel a partir de otra materia prima?
Y con esta premisa, el joven ucraniano ha investigado durante los últimos siete años en esta línea para lograr demostrar que, reutilizando un material como las hojas ya muertas, también se podía obtener un papel de buena calidad.
De hecho, su logro ha sido uno de los proyectos finalistas al Premio Jóvenes Inventores en la Oficina Europea de Patentes en su edición de 2024. Además de lograr un avance tecnológico importante, su repercusión medioambiental tiene varios beneficios transversales que lo han convertido en uno de los finalistas con mayor proyección.
- Evitar la deforestación
- Reutilización de materia orgánica
- Reducción de emisiones
Este proceso es capaz de evitar emisiones de carbono en varios procesos, desde la fabricación del papel tradicional que deja de producirse, hasta la descomposición del nuevo producto.
