El 87% de los millennials consideran importante la sostenibilidad en sus decisiones de inversión, y la gran mayoría de la generación Z tiene un evidente convencimiento y compromiso con el medio ambiente. La revolución de hábitos y de conciencias en materia verde es ya evidente.
La economía necesita alicientes nuevos, y el planeta más aliados para asegurar su futuro. La combinación perfecta para que inversores, compañías privadas, gobiernos… todos buscan adelantarse al resto en su sector o ámbito, para que no pase por delante de ellos un tren que parece un éxito seguro.
La sostenibilidad es el valor más buscado. Hoy cerca del 50% de los españoles ya son inversores en esta materia, y la tendencia continúa al alza. Según un estudio de inversión de la gestora de activos internacional, Shroders, la motivación principal de los inversores es por el impacto ambiental, para más de un 45%, otros ven el atractivo en las posibilidades de rentabilidad que a futuro presentan este tipo de activos, para más de un tercio; y para un 28% de los inversores alienar su convencimiento, su responsabilidad ecológica y sus principios sociales es el principal motivo para elegir estos activos.
También el sector bancario confía en la sostenibilidad como un valor seguro en el futuro inmediato, desde la red comercial del Banco Bilbao Vizcaya, se muestran muy optimistas y confiesan que el cambio es inmediato y que se ven dos claras tendencias que cambiarán el tejido empresarial más pronto que tarde; y señalan la digitalización y la sostenibilidad como claves imprescindibles para diseñar el futuro económico de nuestro país.
No cabe duda que muchos sectores se están revolucionando digitalmente y que nuestro planeta y las tendencias medioambientales y sostenibles están ya aquí y han llegado para quedarse en muchos sectores. Indudablemente nuestra economía necesita alicientes nuevos para ‘tirar’ de una economía basada en sectores que han dado mucho al PIB pero hoy tiene su crecimiento mucho más estancado.
Las grandes multinacionales eléctricas han visto como se ha disparado casi un 40% su valor en bolsa gracias a la clara apuesta por la sostenibilidad. Mientras que el resto de valores y carteras de inversión solo crecen un 6%. Las eléctricas han logrado “en poco más de dos años aumentar su capitalización en un 38%”, unos datos contundentes y rotundos en un periodo de incertidumbre internacional por la pandemia y por las últimas elecciones en los Estados Unidos.