Un 77% busca casa de alquiler o compra, mientras que sólo un 19% ofrece viviendas. El desequilibrio arrastra subidas de precios y aumenta el embudo de demanda. Aumentan el número de hipotecas firmadas, síntoma del elevado dinamismo del sector.
El mercado de la vivienda en España se enfrenta a un desafío significativo. Este fenómeno está afectando tanto a quienes buscan una casa nueva en ciudades como Madrid, como a quienes aspiran a adquirir un chalet con piscina en zonas más tranquilas. La falta de nueva construcción generalizada en nuestro país, así como la creciente demanda han generado una tormenta perfecta que está marcando el panorama inmobiliario actual.
Un mercado tensionado, especialmente, por la falta de obra nueva, que ya es uno de los problemas principales en el sector inmobiliario español. Según datos recientes, muestran una vez más, el ritmo de desarrollo de nueva promoción inmobiliaria que no logra satisfacer la demanda, especialmente en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Este desajuste se debe a varios factores, pero destacan especialmente:
- Escasez de suelo disponible
- Complejidades burocráticas para obtener licencias
- Aumento de los costes de materiales de construcción
La situación es especialmente crítica en la capital española, ya que encontrar una casa en Madrid de nueva construcción se ha convertido en un reto casi imposible, ya que las promociones disponibles suelen agotarse rápidamente y apenas hay. Además, los precios de estas viviendas se disparan debido a la alta demanda y la baja oferta.
Los precios, evidentemente han seguido una tendencia alcista en los últimos años, afectando tanto a la obra nueva como al mercado de segunda mano. Según los expertos, el coste medio de una casa nueva ha aumentado de forma generalizada, pero destacan picos especialmente altos en zonas metropolitanas y en la costa.
Un chalet en Madrid o una casa con piscina en zonas exclusivas puede alcanzar precios inasequibles para la mayoría de los compradores, esto tampoco es nuevo, pero sí más acentuado que en otras épocas. Esta situación no sólo impacta a quienes buscan una vivienda para vivir, sino también a aquellos interesados en invertir en una nueva promoción inmobiliaria.
El encarecimiento de las viviendas también está relacionado con factores macroeconómicos, como la inflación y el encarecimiento de las hipotecas debido a la subida de los tipos de interés. Estas condiciones han reducido el acceso al crédito hipotecario, dificultando aún más la compra de una casa nueva. Pese a que esos dos condicionantes están mermando los índices que se alcanzaron hace unos meses, todavía persisten superiores a los años anteriores.
El papel de la construcción en la economía española, ha sido históricamente un motor clave y un destacado porcentaje de nuestro crecimiento. Sin embargo, la ralentización en el desarrollo de obra nueva está limitando su impacto positivo. Aunque existen incentivos para fomentar la construcción, como planes urbanísticos en ciudades como Madrid, éstos aún no son suficientes para revertir la tendencia actual.
Por otro lado, los retrasos en la ejecución de nuevas promociones inmobiliarias también tienen consecuencias para quienes ya han invertido. Las entregas tardías y los sobrecostes son problemas recurrentes que afectan tanto a la confianza de los compradores como al dinamismo del sector. Un problema que todos los agentes relacionados recalcan y destacan ya que, especialmente en situaciones complicadas como la actual, se convierten en un mayor freno y hándicap para sacar adelante las nuevas promociones inmobiliarias que todos desean y necesitan.
Resolver la crisis de la vivienda en España requiere un enfoque integral, y las soluciones no son mágicas ni inmediatas. Las administraciones públicas deben facilitar el acceso al suelo y simplificar los trámites administrativos para agilizar la construcción de nuevas promociones inmobiliarias, sin excusas ni más retrasos. Además, es fundamental fomentar políticas que incentiven la construcción de viviendas, especialmente en áreas urbanas con alta demanda y destinadas a todos los segmentos de población.
Lo evidente es que el mercado inmobiliario en España necesita un cambio estructural para atender las necesidades de las familias y contribuir al desarrollo económico del país. Garantizar el acceso a una vivienda digna, ya sea una casa nueva en Madrid o un chalet con piscina en la periferia, debe ser una prioridad en la agenda pública y privada. Un panorama que tiene que transformarse progresivamente pero sin perder más tiempo, y que debe perdurar para evitar medidas populistas o electoralistas, y que el cambio integral sea duradero y a largo plazo, lejos de parches cortoplacistas.
