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La crisis energética dispara las casas eficientes

La crisis energética dispara las casas eficientes

Los precios de la energía han llevado a una ‘fiebre por las placas solares’ al sector inmobiliario que ve cómo las viviendas eficientes son las más demandadas y las que más incrementan su precio. La Casa Geosolar® es ejemplo de autoconsumo tras años apostando por las renovables.  

Lejos de modas o tendencias, las viviendas del Grupo Index llevan años siendo un referente nacional e internacional en eficiencia energética y en producción de energía renovable. Precisamente lo más buscado ante la situación actual de precios disparados y ‘emergencia energética’ internacional.

¿Es el autoconsumo la solución energética para este invierno?

¿Compensa la inversión para poner paneles fotovoltaicos?

Muchos creen que sí y las empresas de instalaciones de placas solares no dan abasto. Si la factura de la luz en los tres últimos años se ha triplicado, es lógico que hoy un tercio de la potencia instalada proceda del autoconsumo, tanto particular como colectivo. Los datos son muy clarificadores de una nueva realidad: la prioridad por las viviendas con eficiencia energética.

Los fondos europeos han tenido una gran repercusión en este sentido, pero no son los únicos. Los techos solares se están instalando en diversos tipos de inmuebles desde tejados comunitarios en pisos como en casas aisladas, edificios de oficinas o colegios.

Casas que producen energía y casas que ahorran en los consumos, esa combinación es el éxito del ahorro real en las facturas, de ahí que las energías renovables sean el objetivo de los propietarios.

Cuando finalice este año 2022 se espera que la potencia instalada de placas solares sea aproximadamente de 2.000 megavatios (MW) de autoconsumo, y en 2030 el gobierno de España estima que se alcancen los 9.000 MW.

Hoy la situación está provocando esta clara tendencia, pero algunas compañías como Grupo Index, lleva años construyendo viviendas sostenibles y eficientes gracias a energías renovables como las placas fotovoltaicas y la geotermia o la aerotermia.

casa geosolar index

Una Casa Geosolar® de Carbono Positivo gracias a su producción de electricidad con sus placas fotovoltaicas, ahorra en la factura de la luz más del 80% del importe de una vivienda convencional. Incluso las facturas reales de familias que viven en una Casa Geosolar®, reflejan ahorros muy superiores. Tanto es así que este pasado mes de junio la factura total de la luz de un chalet unifamiliar de tres plantas y cuatro personas viviendo en la Comunidad de Madrid, fue de 0,98 céntimos de euro.

Con estos precios y estos ahorros en las facturas, es normal que todo el mundo quiera una Casa Geosolar®, una casa activa que genere su propia energía, y que ahorre de manera real, no para amortizar una vivienda más cara como ocurría con las primeras viviendas eficientes y sostenibles que costaban un 30% más que una vivienda al uso.

Durante años la eficiencia energética solo se tenía en cuenta desde el punto de vista de la responsabilidad medioambiental y ecológica, sin embargo, el bolsillo está transformando esa conciencia verde. La ‘emergencia energética’ y los precios disparados de la energía han disparado el interés por los sistemas de ahorro y eficiencia.
Los aislamientos deficientes, los electrodomésticos antiguos y muchos hábitos sin conciencia de ahorro, han despilfarrado durante años miles de recursos. Sin embargo, hoy hay tecnologías inteligentes y sistemas de optimización para reducir consumos al mínimo con el máximo de confort.
La Casa Geosolar® por el mismo precio que una casa tradicional tiene todas las prestaciones de eficiencia energética y ahorro en emisiones contaminantes y en las facturas. Por eso es un ahorro directo al bolsillo de sus propietarios. Si el coche eléctrico se vendiese al mismo precio que el coche de motor de gasoil o gasolina, no habría que amortizar su sobrecoste durante equis años. Eso es lo que ocurre con la Casa Geosolar® de Grupo Index.
¿Qué pasa con el autoconsumo en España? Las placas fotovoltaicas para nutrir de electricidad propia a la vivienda y reducir la factura de la luz se ha convertido en la mejor aliada para combatir unos precios por las nubes. La inflación no cede y la energía está entre los productos que más se han encarecido. Además, la luz llevaba ya varios meses consecutivos acumulando subidas de precios antes de la guerra en Ucrania.
Las casas con placas solares son las más demandadas y las empresas instaladoras tienen listas de espera, se suman muchos factores a favor, tanto coyunturales como otros:

  • el aumento de los precios de la energía
  • escasez de gas y otros carburantes fósiles
  • calentamiento global y compromisos medio ambientales
  • la agilización de la burocracia de las energías renovables
  • las ayudas europeas y los fondos destinados a techos solares
  • mejora del rendimiento de las placas solares
  • tendencia a inviernos más soleados y cálidos

Llega el otoño y la bajada de las temperaturas y son muchos los que consideran el momento idóneo de instalar placas solares fotovoltaicas en sus tejados para paliar los precios de la energía de cara al frío invierno. Por delante tenemos meses de bajas temperaturas y cuando en breve encendamos las calefacciones y calderas, al menos hasta marzo no volveremos a plantearnos apagarlas.
Con la situación de emergencia energética internacional, especialmente en Europa, la ola inflacionista más centrada aún en las energías, una guerra que no echa el freno y el invierno, parece darse el cóctel perfecto para no esperar más tiempo y hacer ya ese desembolso que supone instalar placas en nuestra vivienda.
Sin embargo, hablamos de una inversión que no revierte en el bolsillo inmediata ni directamente. Instalar placas en casa es un desembolso importante en España y no todo el mundo se lo puede permitir, entre otros motivos, como decimos porque no se amortiza rápidamente, ni siquiera con los precios actuales del gas o la luz.
En los últimos tres años la factura de la luz se ha triplicado, o un poco más, y lo que es seguro es que el sol no dejará de brillar en España. Incluso con las evidencias del cambio climático, nuestros inviernos ya son incluso más soleados que antes.