Formas sinuosas, tejidos orgánicos y tonalidades en una gama muy neutra. Nuestra decoración se inunda de tranquilidad y nuestra casa se transforma en un oasis de paz. La naturaleza nos aporta calma y serenidad. ¡Respira!
La tendencia se conoce como ‘slow life’ y cada día tiene más seguidores frente al ritmo de vida acelerado y multitarea en el que vivimos la mayoría. El objetivo es lograr una decoración que nos transmita calma, bienestar y tranquilidad, y para lograrlo podemos ayudarnos de muchos y diferentes trucos.
Las formas orgánicas y sinuosas nos aportan ese sentimiento zen que tanto nos agrada. Las podemos incorporar en muebles sin esquinas con acabados curvos, sillas ovaladas u objetos decorativos redondos.
Las mesas auxiliares circulares son, además de una solución muy cómoda y práctica, un aporte de curvas que beneficia notablemente a todo un ambiente o espacio más amplio. Manteles individuales redondos, jarrones, esculturas redondas de cristal o mármol por ejemplo, pantallas de lámparas, marcos de fotos… los objetos completamente circulares aportan sensaciones de paz insustituibles.
Los acabados que no resultan rígidos ni agresivos, si no que acarician con sus formas redondeadas crean además circuitos de circulación que fluyen e invitan a sentirte cómodo en ellos.
Las emociones que nos transmiten los colores neutros también son muy importantes y no pasan desapercibidas en nuestro bienestar. Beiges, blancos, tierras, ocres, grises, nudes… en todas sus variedades y combinaciones.
Especialmente en verano los colores claros y neutros ayudan a conseguir espacios más luminosos ya que reflejan la luz natural del sol. Son tonos acogedores y que nunca nos saturan la vista ni exaltan el ánimo. Neutralidad y tranquilidad se dan la mano.
También hay otra opción en cuanto a colores y materiales para lograr aportarnos tranquilidad a nuestros ambientes; decorar con una única gama cromática y material, es decir, escoger una tonalidad única y un material predominante.
Todos los materiales que tengan aspecto natural nos evocan tranquilidad y sosiego, como la madera, las fibras naturales, la piedra, el barro… Logra espacios zen, con sensación de auténtico relax que nos reconforta y nos calma.