No solo para jugar son los juguetes, porque decorar con ellos es tendencia. Especialmente los juguetes más tradicionales y en madera. Círculos concéntricos, ábacos, caballitos, balancines, casitas, banderines,… Deja volar la imaginación y disfruta como un niño de la decoración infantil pero llevada al resto de la casa.
Especialmente los juguetes de madera y de aspecto retro son una joya en nuestro hogar. Han creado auténtica tendencia y se cuelan en la mayoría de los estilos decorativos. ¿A quién no le gusta un viejo balancín de caballito de madera en casa? Incluso fuera de la habitación infantil, o cuando ésta deja de ser infantil, el niño crece y se convierte en juvenil o en zona de estudio.
Los juguetes son un toque diferente, a veces vintage a veces tecnológico o dulce, depende de los gustos. Piezas de madera en las tonalidades del arcoíris perfectamente colocadas concéntricamente sobre una mesilla. O antiguos coches de carreras en metal, locomotoras y vagones de trenes con una pieza de carriles sobre una estantería. Los animales de la selva se cuelan en pufs que se integran en cualquier estancia o marcos de fotos.
Ábacos, peluches, banderines de colores,… Aunque están encasillados en una decoración infantil se han deshecho de ese cliché e invaden otros espacios de toda la casa.
Están muy de moda las casitas tipo indio o ‘tipi’ con cojines con formas de corazón, luna o estrella en tonos suaves como beige o gris con blanco y los puedes encontrar en despachos, salones, salas de estar, dormitorios, zonas de paso. La calidez de estas ‘casitas’ es inigualable y la originalidad es muy apreciada por los más pequeños que disfrutan de este tipo de escondites y zonas amables para ellos.
Camas y cabeceros con las estructuras de casitas como las del método Montessori de pedagogía están muy de moda, y han pasado de ser una fórmula para facilitar el desarrollo, la autonomía y el crecimiento de los niños más pequeños, a ser elementos decorativos buscados simplemente por este último motivo.
Algunas piezas de estas pedagogías alternativas como Waldorf que estimulan al niño y su creatividad y ritmo de aprendizaje han logrado que surjan miles de seguidores y hoy hay más oferta y muchos más juguetes respetuosos con el ritmo de los más peques.
Los juguetes de madera suelen ser sencillos, sin pilas ni luces, en colores suaves y primarios, y normalmente con funcionamientos intuitivos sin manuales. Y en la sencillez está el secreto de su éxito, no solo como juguetes, también como objetivo decorativo a admirar.
A veces, de la mano de estos juguetes va la ecología y la sostenibilidad y escoger este tipo de elementos decorativos en colores de madera natural o acompañados de fibras textiles también naturales es un acierto. Cojines suaves de algodón, alfombras de lana virgen, maderas sin tintes, lacas ni plásticos, resultan beneficiosas no solo para los más pequeños que jueguen con ellos, también para todo el conjunto de las personas que viven en esa casa.
Materiales sostenibles, biodegradables y respetuosos con el medio ambiente, que además son objetos que logran pasar de padres a hijos, entre hermanos o primos. Esa economía circular y ese reciclaje es una fórmula de concienciación para los pequeños, y evidentemente el toque vintage que buscamos en nuestra decoración.
La alegría que desprenden los juguetes, incluso cuando están desordenados, aportan naturalidad y crean ambientes acogedores. Juegos tradicionales de madera como tres en raya, ajedrez o parchís, cocinitas de madera en una pared del que fuese el cuarto de juegos, una pequeña pizarra, un correpasillos de madera en un rincón del hall de entrada o luces en forma de nube son pinceladas de dulzura y nostalgia. Haya o no niños en un hogar, hay espacios donde una alfombra infantil, con algunos juguetes y unos cojines en el suelo dan una calidez impagable.