Cuánto más usan el whatsapp, telegram o los mensajes directos de las aplicaciones sociales como Instagram por ejemplo, más faltas ortográficas acumulan. Es el dramático resultado de jóvenes que dedican demasiado tiempo a las redes sociales, y que las han convertido en su canal de comunicación con el resto de conocidos y amigos.
Acortar palabras y sintetizar el mensaje al máximo a veces crea costumbre y se instala en la memoria fotográfica de los adolescentes.
Pero no solo hablamos de faltas ortográficas para reducir tiempo y caracteres en sus mensajes, se acostumbran a errores gramaticales muy graves e incoherencias de desinencias u otras.
ola k ase??? = hola, ¿qué haces?
aki stamos hst mañ = aquí estamos hasta mañana
xq kieres = Porque quieres
esq / sq = es que
vl = vale
mg = me gusta
vd / vdd = verdad
bn = bien
ns = no sé
sbs = sabes
Se quitan vocales, sonidos sordos o se sustituyen por otros como la “h” o la “q” que apenas son usadas, no hay comas, a veces tampoco verbos, ni se coordinan plurales o sujeto con verbo… Son errores muy graves que a veces saltan de la pantalla a los folios de los exámenes de colegios e institutos o incluso universidad.
Si la lectura de libros y periódicos logra erradicar de forma drástica las faltas ortográficas en el lector, le amplía exponencialmente su léxico y expresiones para lograr expresarse con una mayor fluidez y disponer de muchos más recursos lingüísticos. El uso de las nuevas tecnologías de manera tan heavy, con tantas horas acumuladas diariamente de su utilización y con cierta dependencia tecnológica, que evita fomentar otro tipo de comunicación con sus amigos y entorno, creamos problemas mucho mayores en cuanto a la ortografía y amplitud de su lenguaje.
¿Qué sienten los adolescentes al escribir?
Cuando un joven se enfrenta al folio en blanco y tiene que desarrollar un texto con sujeto, verbo, predicado, y usar diferentes adjetivos e incluso algún adverbio, muchos sienten un escalofrío.
Un amplio porcentaje, que no para de incrementarse, no está acostumbrado a leer textos largos y mucho menos a escribirlos. Al contrario, su modo habitual de escritura es reduciendo caracteres al mínimo vía smartphone.
- Pobreza léxica
- Faltas de ortografía
- Incapacidad de redacción
La expresión escrita supone el dominio del lenguaje, y la tendencia se extiende entre los jóvenes va en sentido opuesto. Denominar todo como ‘cosa’ y utilizar únicamente unas escasas decenas de verbos, todos aquellos que no poseen matices específicos y que son idóneos sólo para determinados contextos.
Profesores y expertos dan la voz de alarma ante el retroceso de un determinado sector de nuestros jóvenes y adolescentes cuya influencia de las nuevas tecnologías está mermando notablemente sus dotes lingüísticas.
