El blanco es el rey del verano, por su luz, su claridad, su hipnotismo, su sencillez y su versatilidad. Refleja los rayos del sol, nos protege del calor y combina con todo.
Con madera, con fibras naturales, con metal,... En todas sus tonalidades conquista textiles, muebles, vajillas, objetos decorativos y hasta nuestro vestuario. ¡Todo al blanco!
Su versatilidad le convierte en el mejor compañero de cualquier estilo decorativo, bien más modernos, clásicos, étnicos, románticos,… Todos los materiales acompañados del blanco se realzan y adquieren protagonismo. Especialmente los materiales naturales como la madera en cualquier tonalidad, las fibras naturales como la cuerda o el esparto, otros materiales como la piedra, el estaño, cerámica, barro,…
En los muebles, sea en interiores o exteriores, el blanco conquista puertas lacadas, mesas principales y sillas, mesas auxiliares, espejos, cómodas, revisteros, sofás, sillones, pufs, maceteros, cestas tintadas, muebles outdoor en colores claros para evitar el calor,… Es un comodín infalible y se ha convertido en uno de los más buscados de los muebles actuales.
Las puertas de paso en el interior de las viviendas son una de las grandes conquistas del blanco. Normalmente combinados con pequeños tiradores, cristales traslúcidos y líneas muy sencillas y rectas. Pero la tendencia es elegir el blanco, incluso independientemente de los estilos decorativos de cada hogar.
En muebles básicos como mesas y sillas blancas hacen brillar al resto de accesorios. El contraste de colores y estampados incluso mezclando materiales muy distintos, son una combinación que nunca falla.
Las cocinas se visten de blanco, normalmente combinadas con otro material o tono para jugar con el contraste, o bien se decantan por completo por el blanco neutro, fácil de limpiar, poco mantenimiento, aporta amplitud, luminosidad,… Quizá la luz blanca y fría de cocinas y baños hace que el blanco brille si cabe más, pero en cualquier caso, las tendencias apuestan por combinar más de un tono y no decantarnos por el blanco como rey único.
En textiles el blanco es un gran aliado por su volatilidad en cortinas y visillos, por su alegría en mantelerías, servilletas, cojines, caminos de mesa, alfombras, mantitas caladas, plaids de cama, banquetas, toallas,… Cualquier textil en blanco es un éxito seguro para combinarlo, bien para resaltar el resto de objetos o incluso con más textiles estampados o de otros colores.
Los pequeños objetos decorativos como velas, vajillas, marcos de fotos, alzapaños, figuras decorativas, cajitas, jarrones, vajillas, etc. también son un acierto en tonos blancos.
En verano el blanco es un aliado útil por ejemplo en exteriores para protegernos del sol y las altas temperaturas. Además, combinado con rayas marineras, motivos marinos como estrellas de mar o conchas, con flores y vegetación aportan alegría y personalidad.
Así que, si cabe, en primavera y verano el blanco se convierte en más recomendable todavía. Y no importa si nos gusta más el blanco roto, crudo, nácar, blanco sucio, hueso, perla, marfil, humo, grisáceo, piedra, arena, envejecido,… ¡Nunca falla!