Europa se remanga con las energías renovables y parece que muy pronto, incluso este próximo mes de julio, podría anunciar un nuevo paquete de medidas que potencie las energías renovables y reajuste los límites en las emisiones contaminantes de los países miembros.
Sin embargo las opiniones sobre el futuro de un planeta descarbonizado no son muy optimistas. Socialmente la lucha climática tiene que tomar más ímpetu para que ‘lo verde venda’ y el compromiso de ciudadanos, empresas e instituciones sea mayor y real.
Según la Comisión Europea si se ponen en marcha nuevas tecnologías, por ejemplo con la implantación del hidrógeno, sería ‘factible’ pasar del compromiso de un 38% de energías renovables al 40%. Son apenas dos décimas pero el reto supone mucho más en cuanto al compromiso político y estratégico. Sobre todo porque actualmente estamos en un 32% de fuentes renovables de energía.
Como líder en compromiso contra la lucha del cambio climático, la Unión Europa quiere seguir ‘tirando del carro renovable’, pero su dependencia en las compras de carburantes fósiles es el gran punto flaco. Un liderazgo que no solo ayuda al futuro de nuestro planeta; para el viejo continente es prioritario reducir la dependencia de las importaciones de petróleo o gas. Solo en el último ejercicio los europeos tuvimos que comprar el 87% del petróleo consumido y el 74% del gas.
El hidrógeno también tendrá previsiblemente, según auguran los expertos medioambientales y fuentes europeas, un paquete de medidas para promover su uso y fomentar la transformación de sistemas que lo consuman.
Si Greta Thunberg puso cara y ojos a un movimiento y un sentimiento que logró humanizar y por lo tanto la empatía de miles de personas concienciadas con el respeto al medio ambiente, pero sin implicación práctica. La pandemia frenó casi en seco ese gran tsunami de que de la mano de Thunberg había comenzado en todo el mundo bajo citas periódicas como los ‘Fridays for future’ y otras iniciativas que daban visibilidad a la lucha contra el cambio climático.
¿La implicación pública será el próximo gran empujón para las renovables? ¿Lograremos un salto cuantitativo y cualitativo en el consumo de renovables y en la descarbonización del planeta? Los datos sobre el papel parecen muy positivos, veremos si la práctica los avala sin tener que acudir a nuevas subvenciones o intervenciones agilizadoras.