Grupo Index deja su huella en el planeta, una huella que no daña, sino que aporta. Porque la protección del medio ambiente puede empezar por uno mismo, por ejemplo, al elegir una vivienda respetuosa con el entorno. De eso saben mucho en Grupo Index, una compañía que ha apostado por innovar en el mundo de la construcción. El resultado de su apuesta por la sostenibilidad es la casa geosolar® de carbono positivo, un tipo de vivienda que aprovecha la energía solar y la geotérmica y las usa para su consumo energético.
«En nuestras casas implementamos tecnología domótica, energías limpias, y siempre buscamos adelantarnos a los deseos de nuestros clientes antes de que tengan la necesidad», explica Inmaculada Palomo, delegada técnica del Grupo Index. Sus ventajas no se quedan ahí. «La casa geosolar® de carbono positivo es un regalo para nuestros compañeros de marketing porque se vende sola. Es un regalo para los arquitectos, que ven cómo la tecnología y la innovación se puede implantar en el día a día doméstico. Es un regalo para el planeta. Su huella en el medio ambiente es beneficiosa porque aporta más energía limpia de la que consume, por lo que crea un excedente energético equivalente a unas 19 cargas del coche eléctrico al año. Esto se traduce en un ahorro real en el bolsillo de nuestros clientes», explica Inmaculada Palomo.
En concreto, el ahorro mensual en luz, calefacción y agua caliente puede alcanzar los 164 euros, una cifra que asciende hasta casi los 70.000 euros en 30 años. «Todo ese ahorro es real porque no va destinado a amortizar la inversión inicial como en otras casas sostenibles mucho más caras, ya que la casa geosolar® se vende al precio de la vivienda convencional», subraya la delegada técnica de Index.
«El reto arquitectónico, económico y medioambiental era tremendo, pero una vez que hemos conseguido vender esta casa al mismo precio que una vivienda convencional, es una satisfacción saber que ayudas a dejar a las futuras generaciones un planeta mejor», añade Inmaculada Palomo. La innovación puntera se mezcla con la posibilidad de personalizar desde la distribución hasta el mínimo detalle gracias a una plataforma digitalizada donde el cliente elige de entre un millón de referencias diferentes. «No tenemos dos casas iguales porque tampoco tenemos dos clientes con los mismos gustos ni necesidades. El proceso de elegir una vivienda es depositar en nosotros una confianza y tenemos que estar a la altura. Ésa es la parte más fácil de nuestro trabajo, estar tan convencidos de las casas que construimos, que sabemos que los clientes quedarán 100% satisfechos y tendrán la casa que querían cuando nos visitaron», cuenta a LA RAZÓN su delegada técnica.
Asimismo, la eficiencia energética obtiene más recompensas y facilidades como la Hipoteca Verde, que logra mejorar
las bonificaciones de financiación en un 0,1% TAE sobre el importe total de la casa geosolar®; incluso bonificaciones en
algunos impuestos municipales como el IBI. Gracias al uso de placas fotovoltaicas y de un sistema de geotermia que absorbe la temperatura constante del subsuelo, la casa geosolar® de carbono positivo es una construcción ideada para ahorrar energía y dejar de emitir toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Diferenciándose de otras construcciones que en teoría consumen menos energía, pero a costa de sobredimensionar los aislamientos y provocar que el circuito de ventilación sea cerrado, convirtiendo la casa en un «termo». Las calificaciones medioambientales de la casa geosolar de Grupo Index Madrid van muy por delante de las exigencias normativas; de hecho las autoridades europeas marcan para el futuro ciudades diseñadas a partir de Distritos de Energía Positiva (PED) como los de las viviendas de las actuales promociones en la Comunidad de Madrid. Su éxito no se ha visto perturbado ni siquiera por el estado de alarma. La casa geosolar® ha triplicado sus ventas durante el confinamiento y la desescalada. Desde mediados de mayo la demanda no baja, y en junio las solicitudes de información crecieron más de un 7.000% en una semana. «Hemos notado que ha surgido una evidente tendencia por las viviendas con jardín, piscina, estancias amplias y alejadas del centro de las ciudades. Todas esas características las reúnen nuestras casas de Navalcarnero, Boadilla del Monte, Arroyomolinos, Móstoles o Valdemoro», cuenta Inmaculada Palomo.
Fuente: La Razón