Con el nuevo curso llegan nuevas necesidades en el dormitorio de un niño o un adolescente, que crece y con él debe evolucionar también su mobiliario y estética. Del cuarto infantil a la habitación de un adulto. Modulares, decoración, nueva distribución… ¡Apunta novedades!
La habitación de un niño forma parte de su evolución a adolescente y adulto, porque crece junto a él. Es ese espacio donde juega, evoluciona, duda, estudia, practica, sueña…
Un dormitorio juvenil debe tener varias zonas diferentes y muy versátiles, como almacenaje, mesa de estudio, zona de juegos, área de descanso, ropero, librerías… y en todas ellas varios tipos de iluminación capaces de crear las atmósferas idóneas para cada momento del día, de la noche y de su evolución vital.
La decoración será la muestra más evidente de la evolución y el crecimiento de la persona, porque rápidamente pasará de motivos infantiles y colores pastel, a tonos más neutros o estridentes e iconos de sus hobbies ya como adolescente.
Eso estéticamente, pero también la funcionalidad tiene que cambiar cuando las horas de estudio necesarias son más, ahí la silla y la mesa tendrán un lugar más privilegiado y un protagonismo mayor. Además, preferiblemente también mejorarán su ergonomía y calidad.
Para mantener el orden en un cuarto donde se pasan muchas horas y con objetivos muy diferentes, como descansar, concentrarse para estudiar o divertirse escuchando música o con la lectura ociosa, es imprescindible dotar la habitación de suficientes lugares para almacenamiento.
La vida y el carácter de un joven puede tener falta de disciplina y orden, por eso debe disponer de espacio marcado para cada tipo de objetos, así evitamos que muchos acaben juntos y/o mezclamos sobre la mesa. Podemos organizar huecos del mobiliario, cajones o estanterías para cada tipo de cosas. Por ejemplo, una estantería únicamente para libros, otra para gadgets tecnológicos, otro espacio para complementos de moda, bisutería o perfumes…
Es útil una banqueta descalzadora para apoyar la ropa y cambiarse, un espejo de amplias dimensiones y algún perchero de pared o pie para mochilas o chaquetas.
Todos los nuevos cursos surgen nuevas tendencias y claves para el arranque después del descanso estival. Regresan las rutinas, las actividades, los horarios… y todo eso se traduce en una expresión personal en el dormitorio de cualquier adolescente o preadolescente.
Este año, las tendencias en decoración y distribución de dormitorios juveniles apuestan por la flexibilidad, el diseño multifuncional, los colores personalizados y el equilibrio perfecto entre confort y estímulo creativo.
La clave en el dormitorio juvenil moderno es la adaptabilidad, lejos de la antigua escuela que solía sustituir el dormitorio infantil cambiándolo por otro de adulto directamente. Los muebles modulares y evolutivos son tendencia porque permiten reorganizar el espacio sin necesidad de hacer grandes reformas. Camas tipo “loft” o literas elevadas liberan la zona inferior para incorporar escritorios, sofás, zonas de lectura o almacenaje.
También ganan terreno los muebles que crecen con el niño: escritorios ajustables en altura, sillas ergonómicas con diseño juvenil, camas extensibles y estanterías de altura progresiva. La distribución se orienta a crear ambientes flexibles que puedan reorganizarse con facilidad según la edad y las actividades del momento.
Los tonos neutros como el blanco, gris suave y beige, siguen siendo una base sólida con miles de seguidores, pero sin duda, la gran novedad de este año es el uso de colores personalizados. Se trata de dejar que el niño o adolescente participe activamente en la elección de los tonos que lo representan, ya sea en una pared, ropa de cama o detalles decorativos.
Las combinaciones más actuales incluyen maridajes arriesgados como azul petróleo y mostaza, o verde salvia y madera natural. Aunque este tipo de parejas de colores combinados se han puesto tan de moda, que hay tantos como deseemos, por ejemplo, lavanda, blanco y negro mate para un estilo más 'teen', o tonos terracota, arcilla o calabaza para ambientes más cálidos.
Los murales pintados a mano, vinilos temáticos o paredes tipo pizarra también siguen presentes, promoviendo la creatividad. Y los papeles pintados siguen teniendo una gran acogida en los dormitorios juveniles, precisamente para darle singularidad a 'su' espacio.
La vuelta al cole en un curso superior es un nuevo reto y requiere un espacio de estudio cómodo, motivador y bien equipado. Este año se apuesta por escritorios integrados en estructuras modulares, con compartimentos ocultos para mantener el orden, iluminación LED incorporada y espacio suficiente para ordenadores, libros y material escolar.
El dormitorio juvenil ideal es un espacio vivo, que crece con quien lo habita. Cada año, la decoración se adapta a nuevas etapas escolares, intereses y retos. Apostar por muebles modulares, colores que inspiren, soluciones de estudio eficientes y una decoración personalizada es la clave para crear un entorno donde los jóvenes se sientan cómodos, seguros y motivados para afrontar cada nuevo curso.
