Nada de procrastinar para otro momento y retrasar el “monstruo final de pantalla”. Con el final de verano y las vacaciones hay que buscar alguna chaqueta en el armario, guardar las toallas de playa y comprar una mochila nueva. Y todo eso necesita un armario ordenado y con espacio libre.
Las vacaciones a veces son sinónimo de maletas, prisas e improvisación, pero la vuelta a la rutina debe ir de la mano del orden para que nuestra tranquilidad y bienestar no dependan de un armario desorganizado y repleto.
Los trucos básicos e imprescindibles para tener armarios saludables:
- Deshacernos de cosas viejas o que no usamos
- Colocar por tipos de prendas
- Limpiar y desinfectar superficies
- Colocar antipolillas y ambientadores
- Arreglar descosidos, botones, rotos, poner pilas…
- Llevar al zapatero o tintorería
- Cuidar armarios comunes
- Planificar y realizar mantenimientos básicos
- Dejar siempre espacio libre y perchas vacías
Acostumbrarse a unas vistas terribles al abrir el armario no sólo es muy poco recomendable por muchos y variados motivos:
- Cuidado de tu ropa y evitar que se arrugue
- Ahorro de tiempo diario
- Pérdida de prendas que no localizas
- Tranquilidad mental y visual
- Tener espacio libre para otros elementos de la casa
Si al coger una prenda de tu armario dejas tres descolocadas provocarás un efecto dominó de difícil salida, al igual que si no te deshaces de objetos o ropas que no utilizas, tu armario se convertirá en un caos lleno de cosas que no usas, ni te gustan ni encuentras nunca.
¿Por qué guardar algo que no utilizas y soportar un armario repleto?
Cri cri, cri cri… Nadie tiene un argumento o motivo para guardar algo que no te pones desde hace años y siempre hay una excusa interna como “voy a bajar de talla”, “para un disfraz”, “fue un regalo” … ¡Fuera todo lo que no te hace falta ya!
Retrasar la ejecución de una limpieza de armario solo provoca un desastre mayor, por eso cuanto antes te pongas manos a la obra mucho mejor. Sea una limpieza de mantenimiento o profunda, sea una limpieza del propio armario o de su contenido… Dedicar unos minutos a la semana o al mes reduce la carga mental de una tarea pendiente y nos ayuda a las compras coherentes y contenidas de prendas u objetos nuevos.
Por ejemplo, imagina una nevera o un botiquín ordenado e inventariado, ¿a que no comprarías tomates si ya tienes dos kilos en la nevera? ¿a que no traerías de la farmacia tiritas si tienes cajas enteras en tu botiquín de casa? Entonces, ¿por qué te compras un bolso nuevo, más calcetines o unos jeans cuando ya tienes suficientes de un estilo muy similar?
La compra compulsiva de ropa y complementos tiene gran culpa en este sentido, pero nos ocurre con demasiada frecuencia que acumulemos abanicos, mecheros, llaveros, toallas… que no necesitamos y que se acumulan en casa de forma duplicada o triplicada.
Una casa ordenada evita compras innecesarias y un acopio de objetos que saturan nuestros espacios como armarios y cajoneras. Pensar antes de comprar parece lógico, pero sobre todo, ¡organiza tus cosas con frecuencia!