Se esperan subidas tanto en zonas costeras como grandes ciudades. La tendencia al alza de precios se mantiene, de hecho, la comparativa interanual en junio ha sido del 3,2% de media en España. Demanda y financiación dibujan un futuro con más subidas.
El precio del dinero y de la financiación parecía determinante para saber qué respuesta podía dar el mercado inmobiliario, sin embargo, las subidas de tipos de interés no frenaron la escalada de precios, aunque sí retuvo el número de compraventas. Y ahora, muchos son los que dudan que los compradores confíen en próximas bajadas de intereses, por lo tanto, parece que el que esté decidido a comprarse una vivienda, lo hará sin esperar.
La demanda es muy resiliente, los bancos centrales lo saben y se están contagiando. No hay visos de más bajadas de tipos de forma inminente, por lo que el mercado se prepara para subidas de precios. Es el convencimiento generalizado en el sector y la mayoría de los analistas auguran nuevas subidas progresivas.
La salud del sector es más que evidente, y todos los expertos confían en que su respuesta va a ser muy positiva, independientemente de que no haya nuevas bajadas de tipos. Mientras el mercado laboral muestra signos positivos y la economía recupera vigor, la vivienda continúa mostrándose inquebrantable, fuerte y estable contra viento y marea.
La falta de oferta inmobiliaria es determinante en este contexto, porque ni se esperan ampliaciones de suelo muy destacadas, ni nadie se aventura a afirmar que se va retomar el ritmo de construcción de otros momentos. Ahora mismo, en España apenas se construyen nuevas viviendas, es una evidencia aplastante, y esto determina también precio y demanda.
Mientras todos los agentes externos frenan nuevas construcciones de viviendas, especialmente residenciales. Son numerosos los estímulos para comprar casa y aumentar una demanda ya de por sí gruesa. Así que, si cabe, el desequilibrio oferta-demanda se acentúa aún un poco más en el nuevo contexto.
Pese a todo, la bajada de tipos provocó que en mayo creciera el número de hipotecas firmadas rozando el 10%. Según las últimas cifras ofrecidas por el consejo de notarios, en mayo la compra de casas se incrementó un 3% con respecto a mayo de 2023. Consolidando la tendencia que en abril ya habíamos notado con una subida en el número de firmas de compraventas de hasta un cuarto.
¿Por qué no hablamos de una burbuja inmobiliaria de nuevo?
Básicamente porque los fundamentales justifican las nuevas subidas de precios que se esperan en la vivienda en España. Por ejemplo, la demanda fuerte y creciente que determinan todos los organismos.
Según el Gobierno de España cada año se necesitan unas 100.000 nuevas viviendas en nuestro país, y en el acumulado hacen falta un millón de casas para paliar el déficit actual. Por su parte, el Banco de España cifra en 200.000 hogares al año la necesidad existente, y sólo contabiliza unas 80.000 viviendas nuevas cada año. El desequilibrio supera ya las 375.000, y se espera que el año que viene se sitúe en una falta de unas 600.000 nuevas casas.
La demanda desmesurada se acrecienta cada vez más, por lo que los precios tienen que atender al principio básico y sencillo de oferta y demanda que, evidentemente subirá más todos los segmentos y tipologías. Y si parecía un factor poco determinante, además, se suma a otros no menos importantes y que también harán que los precios escalen posiciones en los próximos meses:
- Encarecimiento costes de construcción
- Falta mano de obra cualificada
- Envejecimiento de las plantillas de construcción
- Falta de suelo
Los precios suman y siguen irremediablemente:
- 2023: + 4%
- 2022: +7,4%
En junio de 2024, según el Índice de Tinsa se acumuló un 0,5% más, por lo que en la comparativa interanual con junio de 2023, los precios de la vivienda en nuestro país se han incrementado un 3,2% de media. El incremento es generalizado, aunque la costa tira mucho de esta cifra al tratarse del inicio del verano.