La decoración de nuestras estancias puede lograr que se transformen en espacios que nos transmitan tranquilidad y serenidad. Para lograr ese equilibrio perfecto buscamos formas, tonalidades y materiales aliados de un hogar moderno, cómodo y sofisticado. ¡Toma nota!
Una casa bonita es aquella que alcanza el equilibrio perfecto, es decir, comodidad, funcionalidad y estética. ¿Es posible lograr ambientes acogedores y funcionales a partes iguales? ¿La decoración puede llegar a transmitirnos paz? Vivir en un espacio sereno y en calma efectivamente puede tener capacidad para transformar nuestro bienestar.
Convertir tu hogar en un remanso de paz y un templo de sosiego está en tu mano y en tu elección de la decoración y el diseño de tus interiores. Una vida ‘slow life’ que ha llegado a nuestra ropa, a nuestra comida y nuestro estilo de vida, también se fusiona en nuestros espacios domésticos.
Todo aquello que nos altera, que nos provoca estrés y picos de cortisol, debemos dejarlo fuera de nuestra vida y de nuestro hogar. Tu casa va a ser tu auténtico oasis, y para ello hay que dar los toques infalibles transformadores.
Los tonos neutros, suaves y sin estridencias poseen exactamente esas propiedades de calma, y son capaces de transmitirnos esas vibraciones de tranquilidad y paz. Blancos, beige, hueso, grises, tierras, ocres, pasteles… Aún mejor si son en acabados mates en lugar de brillantes más intensos.
A la hora de escoger los colores debes ser cuidadoso para evitar una paleta cromática muy amplia. Es muy recomendable utilizar una misma gama, por ejemplo, si escoges un tono arena, intenta que muchos elementos de tu vivienda sean en ese color o muy cercano.
Lo ideal es que sólo destaquen algunos elementos concretos que estén dentro de la misma tonalidad pero en otro tejido como el cuero o un lacado.
La luz natural nos aporta vitamina D, pero también conexión con la naturaleza y vitalidad al instante. Potencia la luz del sol en tu vivienda gracias a grandes ventanales, ventanas en tu tejado o cubierta, un patio inglés en tu sótano, ventanas más amplias… Si tienes la posibilidad de elegir o personalizar una casa de nueva construcción, ten muy en cuenta todos los beneficios de la luz natural en tu salud física y mental, y en tu bienestar.
En cuanto a la decoración, prioriza visillos livianos frente a espesas cortinas, y no olvides los tonos claros y el blanco para reflejar la luminosidad y multiplicar la luz natural de tu casa.
Cuidar espacios y rincones donde disfrutar del atardecer con atmósferas a base de velas e iluminación discreta y cálida. Ese espacio donde leer en soledad, mirar el cielo y respirar desconectando del resto del día. Es recomendable disponer de varios puntos de luz para poder aprovechar ese espacio con múltiples funciones.
Materiales similares para evitar grandes contrastes, así el equilibrio y la armonía de tu hogar es mayor. Si en todas tus estancias utilizas los mismos materiales aportarán una calma común en todo tu hogar. Nada llama más la atención, nada sobresale ni destaca demasiado sobre el resto. Si te decantas y decides por tres materiales, ellos serán los predominantes en todos tus espacios para armonizar y aportar bienestar.
La elección es trascendente ya que deben ser fáciles de encontrar para muebles y elementos muy diferentes, por ejemplo, madera de colores claros como haya o pino, lacados blancos mate, fibras vegetales en color natural…
A la hora de elegir materiales es básico que sean lo más naturales posibles, si potenciamos acabados naturales con irregularidad e imperfecciones, potenciaremos todo lo artesano o manual.
Las maderas con vetas y nudos a la vista, cemento al natural, microcemento, baldosas en relieves, fibras naturales, hueso, piedra, barro y cerámica sin esmaltar… También todas las imitaciones que nos aporten esas sensaciones, como un papel pintado con rugosidades y textura en relieve que simula ser un textil verdadero puede regalarnos esas mismas vibraciones.
Las curvas y las formas orgánicas suelen ser transmisoras naturales de la tranquilidad y la armonía en cualquier ambiente, sea un dormitorio, una cocina o cualquier otra estancia. La línea curva siempre nos comunica mayor flexibilidad y menos rigidez, incluso menor agresividad. Unas formas más redondeadas son también más relajadas, y son capaces de crear flujos de circulación interna que convierten el espacio en un lugar más cómodo y acogedor.
